Revista Libros

Habitaciones cerradas, de Care Santos

Publicado el 04 marzo 2011 por Goizeder Lamariano Martín
Habitaciones cerradas, de Care SantosTítulo: Habitaciones cerradasAutora: Care Santos Editorial: PlanetaAño de publicación: 2011Páginas: 480 ISBN: 9788408098768

Habitaciones cerradas, la última novela de Care Santos, se publicará el próximo martes 8 de marzo, pero llegó a mis manos el lunes 21 de febrero gracias a la amabilidad de la editorial Planeta, que no sólo me mandó a casa las galeradas del libro, sino que también me invitó a la presentación de la novela que tuvo lugar en Madrid el pasado miércoles 23 de febrero. Hasta ahora no había leído nada de esta autora, a la que únicamente conocía por haber coincidido con ella en la presentación de Escenarios de guerra, de Andrea Jeftanovic. Sin embargo, eso no ha sido ningún impedimento para que esta novela me haya seducido, fascinado, entusiasmado y encantado desde la primera hasta la última página.

A lo largo de sus 480 páginas, al menos esas son las que tienen las galeradas, no sé si cuando se publique la novela serán las mismas o no, Habitaciones cerradas nos narra la historia de la familia Lax, desde su época de esplendor, entre finales del siglo XIX y principios del XX, hasta la de decadencia con el estallido de la Guerra Civil. Esta familia de la burguesía barcelonesa, dueña de numerosas fábricas textiles, está encabezada por Rodolfo Lax y su mujer, María del Roser Golorons. Rodolfo es un hombre de negocios que, a pesar de su alta posición social y económica, se siente cercano a sus empleados, a los que conoce personalmente y a los que cuida como si fuesen sus hijos. Es un rico y ocupado burgués pero, al mismo tiempo, es un hombre de familia locamente enamorado y dependiente de su mujer y de sus hijos Amadeo, Juan y Violeta. Por su parte, la matriarca de la familia es una mujer moderna, liberal, adelantada a su tiempo que no duda en ejercer de señora de la casa y en defender ideas tan mal vistas en la época como la igualdad entre hombres y mujeres, el derecho al voto femenino o la libertad de culto, aunque para ello tenga que organizar cada miércoles en su casa unas polémicas reuniones espiritistas. Violeta es la hija pequeña, la más frágil, la más vulnerable y la que pasa más desapercibida. Le resulta imposible hacerles sombra a sus hermanos mayores. Y lo mismo le ocurre a Juan, un niño inteligente que continuamente es víctima de los abusos, insultos, peleas e injusticias que su hermano comete contra él. Porque Amadeo Lax es un niño, y más tarde un adulto peculiar, con un carácter que ni él mismo logra entender, alguien a quien le cuesta relacionarse, amar, sentir y, sobre todo, perdonar. Amadeo Lax es el auténtico protagonista de esta novela en la que, a pesar de todo, los personajes y las tramas entrecruzadas cobran gran importancia. Amadeo es una persona atormentada por su propio odio, su rencor, su violencia, su incapacidad para ser feliz y para hacer feliz a las personas que le rodean. Alguien capaz de todo. De lo mejor, especialmente a la hora de pintar sus cuadros, pero también de lo peor. Y todo eso lo sufrirán en sus propias carnes su madre, María del Roser, pero sobre todo su esposa, Teresa Brusés, una joven tímida, abnegada, callada y enamorada de Amadeo desde que era una niña que encontrará en su suegra todo el apoyo, la complicidad, el cariño y la compañía que su marido no ha sabido o no ha querido darle. Pero ellas no serán las únicas que sufran la frialdad, la dureza y la indiferencia de Amadeo. Porque lo mismo le pasará a su propio hijo, Modesto. Tal vez por eso a él también le cueste relacionarse con su ex mujer, con sus jovencísimas novias y, sobre todo, con Violeta, su hija. Es precisamente a través de Violeta, y de un enigmático narrador que se desvela al final de la novela, como conocemos la historia, el pasado, los secretos, las mentiras y los fantasmas que esconde la familia Lax en todas esas habitaciones cerradas. A lo largo de las páginas, conocemos a esta familia de la burguesía de Barcelona no sólo por los capítulos que se desarrollan en el pasado sino, sobre todo, por los que se desarrollan en el presente. Sin embargo, esos saltos entre pasado y presente no son tal, no se hacen incómodos o difíciles. La historia fluye sin que nos demos cuenta y nos sentimos un miembro más de la familia Lax sin importarnos si estamos en el año 2010 o en la encrucijada entre los siglos XIX y XX. Gran parte de la culpa de esta fluidez y este ritmo que engancha al lector y no lo suelta son los anzuelos que hay repartidos a lo largo de toda la novela. En los capítulos del pasado son crónicas de la prensa de la época que nos relatan acontecimientos importantes tanto para la familia como para la ciudad de Barcelona, como bodas, entierros o el incendio de los Grandes Almacenes El Siglo. Al mismo tiempo, en los capítulos del presente que nos narra Violeta son e-mails que ella intercambia con Valérie, su madre; con Daniel, su marido; con Modesto, su padre, o con Drina, su asistenta. Pero la prensa de la época y los emails no son los únicos anzuelos. A lo largo de toda la novela, vamos conociendo la historia de esta familia también a través de los cuadros que pintó Amadeo Lax. Estos ganchos, estas piezas de puzzle, estos hilos que unen el pasado y el presente sin que nos demos cuenta es una de las cosas que más me ha gustado de la novela. Poder ir reconstruyendo poco a poco la historia de los Lax-Golorons desde el presente, desde el pasado, ir encajando todas las piezas. Otra cosa que me ha encantado es la ambientación, realmente Care Santos nos traslada a la Barcelona de la época, la del Modernismo y el Ensanche, la de los palacetes, las mansiones, la llegada de la electricidad, el teléfono y los primeros automóviles. La Barcelona de la Semana Trágica. Una Barcelona llena de cambios a los que los miembros de la familia Lax no podrán escapar. Pero, aunque sí es el principal, Barcelona no es el único escenario de la novela, que nos hace viajar también a Estados Unidos, a Francia o a Italia. Habitaciones cerradas es una novela de múltiples personajes, escenarios, tramas y, sobre todo, vidas e historias entrecruzadas. Es una novela histórica, en la que se entremezclan los personajes ficticios y los reales. Pero también es una novela policial con un asesinato y una investigación incluidos, y una novela social, que retrata a la perfección la Barcelona de aquella época. Pero, por encima de todo, es una novela familiar, en la que desde el presente acompañamos a Violeta a desvelar los secretos, la historia y el pasado de su familia y con ella vamos poco a poco abriendo las puertas y descubriendo qué se esconde dentro de todas esas habitaciones cerradas.


Volver a la Portada de Logo Paperblog

Revista