Revista Belleza
Hoy quiero hacer una reflexión de los hábitos o costumbres a la hora de comprar cosmética.
El otro día pensaba lo tímida que era antes cuando compraba productos de belleza: entraba en una tienda, buscaba lo que quería, pagaba y me iba. Si me preguntaban si me podían ayudar, soltaba un sólo estoy mirando para que no me molestaran pero más por vergüenza que por otra cosa.
¿Dónde compras tus productos?
La oferta actual es inmensa: o bien acudes a tu perfumería de barrio donde la dependienta te conoce y te asesora, o a un centro comercial que dispone de varias perfumerías multimarca o tiendas de una marca específica con su correspondiente gama de productos. Ambas tienen sus pros y sus contras: cercanía y confianza frente a diversidad y mayor oferta.
Puedes adquirir tus básicos en la parafarmacia o perfumería de barrio dependiendo de la marca que utilices, pero ¿a quién no le gusta ir a una gran cadena de perfumería y cosmética y dejarse embriagar? Pues hay gente a la que no: a la que le agobia tanta gente, tantos olores, no encontrar lo que busca...
¿Cómo te decides a comprar?
A la mayoría de nosotras nos gusta entrar, mirar los expositores, chafardear la/s marca/s, oler, probar el producto, comparar precios y no mirar el reloj, siempre que no vayas con prisa claro, pero a veces vamos a tiro hecho, buscamos algo concreto, una dependienta que nos cobre rápido y no nos dé mucho palique sobre el producto en promoción y nos vamos.
¿Qué tipos de dependientas hay?
Hay dos tipos: la que es buena, interactúa contigo y te hace salir con alguna bolsita del establecimiento con uno o varios productos dentro (y posiblemente alguna muestra), la que sino tiene el producto que pides te aconseja el clon y procura que te lo lleves; y la que está más pendiente del móvil que de otra cosa, te saluda de casualidad (¿o más bien la saludas tú a ella?), perderá una buena venta y a lo mejor su comisión. ¿A qué ha venido sino a trabajar? ¿Y por qué cuando te diriges a ella parece que le hables en chino? ¿Tan mal pronuncias el inglés o es que no te presta atención?
Que no te den gato por liebre
También hay que tener en cuenta que una consumidora de potingues, como cualquiera de nosotras, suele conocer la marca que va a comprar: si es la primera vez que la adquieres hay que documentarse bien de lo que puedes encontrar y si llevas tiempo utilizando algún producto de la marca, es casi imposible que te agujereen el bolsillo porque sí, puedes llevarte alguna cosa más de las que tenías pensadas pero nunca debes parecer indecisa porque entonces te acabarán vendiendo más de lo que necesitas. ¿Quién no ha vuelto a su casa con alguna crema, maquillaje o sombra para una ocasión especial que nunca utilizará?
¿Os dejáis asesorar y compráis según lo que os aconsejan o bien sabéis lo que queréis?
La mayoría de las mujeres, y cada vez más hombres, disfrutamos comprando: es una terapia, una adicción, una necesidad o llamadlo como queráis. Solemos ir a comprar de buen humor o para conseguirlo; por ello, si la dependienta inspira confianza hay que dejarla hablar y contarle alguna cosa personal para que pueda hacerse una idea de algo más que nos pueda hacer falta; podría informarnos de alguna novedad o rematar una compra con algo inesperado, aunque sino os interesa con decir que ese tipo de producto ya lo usáis pero de otra marca será suficiente (sí, puede pensar que nos hace poco efecto pero no sé atreverá a decirlo). Si os recomienda un contorno de ojos y lo rechazáis porque ya estáis usando otro pensad no obstante en alguna marca por si os la preguntan, aunque siempre podéis improvisar.
¿En qué soléis invertir? La lista es infinita si pensáis en maquillaje, perfume o crema de tratamiento.
¿Ha mejorado la atención al público en el sector cosmético?
Personalmente cada vez me atienden mejor, no sé si será la crisis que agudiza los ingenios o que las dependientas están mejor formadas y asesoran mejor.
Una reflexión y dos consejos:
* Con los años sabes lo que quieres, si necesitas información la pides y si quieres que te lo prueben también.
* No os fiéis de la que os aconseje un contorno de ojos, casi todas las de 30 y tantos lo necesitaríamos.
* No os dejéis agobiar, si estáis mirando algún producto y escucháis una voz a la espalda explicando sus estupendas propiedades, decidle que si la necesitáis la avisaréis.
¿Qué costumbres y manías confesables tenéis a la hora de comprar?