Muchos ya conocéis la frase que sentencio el gran Hipócrates, pero por si alguien no la recuerda, ahí va : “Somos lo que comemos” y si hay cosas empíricas como la noche y el día, esa frase es pura ciencia.
Hipócrates de Cos (en griego: Ἱπποκράτης, Cos, c. 460 a. C. – Tesalia c. 370 a. C.) fue un médico de la Antigua Grecia que ejerció durante el llamado siglo de Pericles. Es considerado una de las figuras más destacadas de la historia de la medicina y muchos autores se refieren a él como el «padre de la medicina»1 2 3 en reconocimiento a sus importantes y duraderas contribuciones a esta ciencia como fundador de la escuela que lleva su nombre. Esta escuela intelectual revolucionó la medicina de la Antigua Grecia, estableciéndola como una disciplina separada de otros campos con los cuales se la había asociado tradicionalmente (notablemente la teúrgia y la filosofía), convirtiendo el ejercicio de la medicina en una auténtica profesión.
Basándonos en el principio del padre de la medicina, si estamos todo el día comiendo alimentos basura y grasas de todo tipo, no esperéis que vuestro cuerpo este en las mejores condiciones tanto externas como internas.
Por eso hoy queremos hablaros de algunos alimentos que nos pueden ayudar a prevenir o combatir, la que para mí es uno de los mayores males de la sociedad moderna en lo que a salud se refiere. Por supuesto me estoy refiriendo al cáncer.
El cáncer
Respecto a esta enfermedad, el 90 % de la comunidad científica independientemente de las teorías personales de cada médico, coincide en que suele generarse por los siguientes motivos:
Mala alimentación: Una alimentación deficiente hará que estemos expuestos en gran medida a desarrollarlo
Malos Hábitos: Fumar, beber, consumir drogas, todos estos factores influyen a la hora de padecer cierto tipo de cánceres.
Factores externos: El humo, contaminación, gases químicos, amoniacos, riesgos laborales…también influyen en gran medida.
Si bien y por ultimo hay un 10 % que podemos achacar a factores de carácter genético.
LA NUTRICION
Ya que no podemos ir a la fábrica de tu ciudad a que deje de emitir ciertos tipos de gases o sustancias, esta mañana nos vamos a centrar en lo que si podemos hacer. Y eso es enseñarte buenos hábitos nutricionales y darte a conocer los alimentos que mejor pueden ayudarnos contra esta lacra de nuestros tiempos.
1 # Reduce el consumo de grasa.
Es proporcional, a mayor cantidad de grasa ingerida, mayores posibilidades de desarrollar esta terrible enfermedad. En un estudio realizado a más de 500.000 personas por el JNCI: Journal of the National Cancer Institute, se comprobó que los que consumieron una mayor cantidad de grasa (alrededor del 40 % de sus calorías diarias) fueron un 23% más propensas a desarrollar el cáncer de páncreas que los que limitaron su consumo de lípidos.
Limita tu consumo diario a un 20 – 30 % del total calórico, alrededor de entre 40 – 70 gramos si nuestra dieta ronda las 1800 calorías.
Sobretodo ojo con las grasas trans :
Grasas Trans : Los ácidos grasos trans son un tipo de ácido graso insaturado que se encuentra principalmente en alimentos industrializados que han sido sometidos a hidrogenación como la margarina o al horneado como los pasteles, entre otros. También se encuentran de forma natural en pequeñas cantidades en la leche y la grasa corporal de los rumiantes.
Los ácidos grasos trans no sólo aumentan la concentración de lipoproteínas de baja densidad (LDL) en la sangre sino que disminuyen las lipoproteínas de alta densidad (HDL, responsables de transportar lo que llamamos el “colesterol bueno”), provocando un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Estos ácidos grasos pueden ser particularmente peligrosos para el corazón y se asocian con el mayor riesgo de desarrollo de algunos cánceres.
Las grasas hidrogenadas se utilizan en margarina, comidas rápidas, productos comerciales de pastelería, alimentos procesados y fritos.
2 # No te olvides de la yema
Investigaciones realizadas en 2009, sugerían que la yema del huevo podía ser protectora contra el cáncer. La yema es rica en colina, que está relacionada con las menores tasas de cáncer de mama en mujeres. Una yema cubre el 25 % de nuestras necesidades de colina. Este nutriente también se encuentra en otros alimentos como el hígado, germen de trigo, coliflor, café y leche descremada.
Colina: La colina es un nutriente esencial para el funcionamiento cardiovascular y cerebral, así como para la membrana celular y su normal funcionamiento. Forma parte de la acetilcolina (un neurotransmisor) y de la fosfatidilcolina (un fosfolípido integrante de la membrana plasmática de todas las células).
3 # Consume col
Cada taza de 22 calorías de col, está cargada de sulforafano, una sustancia química que aumenta la producción de nuestro cuerpo de las enzimas que luchan contra las células dañinas que causan los radicales libres, lo podemos encontrar en el brócoli, la col de Bruselas, la col, la coliflor, y la col rizada.
4 # Haz caso a Popeye
Un estudio realizado por el International Journal of Cancer mostraba que las personas que comían vegetales de hoja verde (ricos en folato) como las espinacas, tenían el 50 % menos de cáncer de piel que aquellos que no comían este tipo de vegetales. Se cree que el ácido fólico que contienen estas verduras ayuda a la reparación del ADN.
5 # Que tendrá la zarzamora…(y los frutos del bosque…)
Pues al parecer, contiene antocianinas, unos antioxidantes de gran alcance que se ha demostrado ayudan a luchar contra diferentes formas de cáncer, tal y como se demostró en un estudio realizado por la publicación Cancer Prevention Research.
6 # No pases del queso
Un estudio realizado a más de 120.000 mujeres encontró que las mujeres pre-menopáusicas que consumían una gran cantidad de productos lácteos, especialmente los bajos en grasa o sin grasa, corrieron un menor riesgo de padecer cáncer de mama.
7 #Bebe té…caliente
Un estudio realizado por el Journal of Nutritional Biochemistry encontró que consumir entre 2 y 6 tazas de té verde caliente al día, ayudaba a prevenir el cáncer de piel y puede luchar contra el envejecimiento producido por los rayos del sol.
Se debe de beber caliente para obtener una mayor cantidad de catequinas, un tipo de antioxidante con propiedades anti cancerígenas de eficacia probada.
8 # Los osos no son tontos
Consume de forma habitual salmón o cualquier otro pescado rico en ácidos grasos omega-3.
Son un tipo de grasas muy saludables e indispensables para que nuestro organismo funcione correctamente, que además nos ayudan a luchar contra el cáncer.
*Beneficios o propiedades de los ácidos grasos Omega 3
- Aparato cardiovascular: al ayudar a reducir o prevenir el colesterol, los triglicéridos y la hipertensión nos serán de grandísima ayuda en la lucha de las enfermedades cardiovasculares. Las arterias se vuelven más elásticas y la sangre está más fluida. El corazón, evidentemente, también trabajará con más facilidad.
- Sistema nervioso: los ácidos grasos Omega 3 pueden ayudarnos en caso de depresión (cuando no hay causas conocidas), agresividad, malhumor, falta de concentración, hiperactividad y poca memoria.
- Articulaciones: tienen un efecto antiinflamatorio muy adecuado en caso de Artritis y otros problemas reumáticos.
- Embarazo: ayudarán a una buena formación del feto; sobre todo a su sistema nervioso.
- Sistema inmunológico: algunas personas notan menos tendencia a resfriarse o a infecciones recurrentes.
9 # Elige siempre los granos enteros
Los hidratos de carbono integrales son una gran fuente de fibra. Investigadores europeos encontraron que aquellas personas que consumían una mayor cantidad diaria de fibra, tenían 40 % menos de riesgo de desarrollar un cáncer de colon.
10 # Se natural
Un estudio realizado durante 14 años, encontró que aquellas personas cuyas dietas eran altas en frutas y verduras, tenían un 70 % menos de riesgo de padecer cáncer en el aparato digestivo.
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