Revista Opinión

Hablando claro se entienden las gentes

Publicado el 14 junio 2012 por Pocho59
Hablando claro se entienden las gentes Nos encontramos en el mundo de las  abreviaturas, de lo escueto y de las intromisiones de otros idiomas en el tan rico y variado idioma Español, en todos los aspectos y de esto no tiene la culpa la crisis pues ya antes escatimábamos en las finalizaciones al hablar y al escribir.
Ya una gran parte de la poblacion no se entiende con su propio lenguaje y no vamos a mencionar idiomas ni dialectos o simplemente formas de expresarse que hay en el gran  rico idioma Español y en sus gentes, por que entonces si seria de locura. Se deberia promover una campaña para que las administraciones y los políticos que simplifiquen su lenguaje los pudiera entender hasta la abuela del pueblo.
Cuando quieren, a los políticos no hay quien les entienda. Ni a los que dictan leyes, escriben normas o redactan la letra pequeña de un contrato tan refinadamente que no se sabe bien cual es su significado aunque si se adivina el proposito. Lo malo de esto, según el temor de muchos, es que este virus se está contagiando al pueblo llano. ¿Por qué decimos que “damos inicio” en lugar de que “empezamos”? ¿Por qué un asunto “juega un papel fundamental” en lugar de ser, simplemente, importante? ¿Por qué utilizamos tantas “muletillas”?
Antes de empezar el desarrollo de este trabajo, deberíamos dejar clara la diferencia entre los diferentes términos que vamos a explicar: las siglas, los acrónimos, las abreviaturas y los abreviamientos.
una sigla sería “una palabra formada por el conjunto de letras iníciales de una expresión compleja”, como ejemplos podemos citar la ONU (Organización de las Naciones Unidas) o IPC (Índice de Precios al Consumo).
 Renfe (Red Nacional de Ferrocarriles Españoles) o Banesto (Banco Español de Crédito) constituirían lo que llamamos un acrónimo. A diferencia de las siglas, un acrónimo sí es una palabra y está formada por distintas sílabas de términos formados por dos o más palabras.
 La diferencia entre abreviatura y abreviamiento puede resultar un poco más confusa; mientras que una abreviatura sería “un tipo de abreviación que consiste en la representación gráfica reducida de una palabra mediante la supresión de letras finales o centrales, y que suele cerrarse con punto” (D. por “Don”, SS.MM. por “Sus Majestades” o etc. por “etcétera”), se denominaría abreviamiento a “un fenómeno lingüístico que consiste en el acortamiento de una palabra mediante la supresión de sílabas o letras”, el ejemplo más claro, “cine” por “cinematógrafo”.
 Bueno una vez que hemos visto unas pequeñas diferencias entre conceptos lo que esta claro y hay que dejar de manifiesto es la confusión que reina al comunicarse en un idioma tan rico y popular como el Español y con los cambios que ha tenido en pocos años, estamos un poco mucho liados, sino juzguen ustedes mismos y los que tienen ya cierta edad comprenderan mejor lo que digo:
Desde que las insignias se llaman pins, los maricones gays, las comidas frías lunchs, y los repartos de cine castings, este país no es el  mismo: ahora es mucho, muchísimo más moderno.
Antaño los niños leían tebeos en vez de comics, los estudiantes pegaban posters creyendo que eran carteles, los empresarios hacían negocios en vez de business, y los obreros, tan ordinarios ellos, sacaban la fiambrera al mediodía en vez del tupper-ware.
Yo, en el colegio, hice aerobic muchas veces, pero, tonto de mí, creía que hacía gimnasia. Nadie es realmente moderno si no dice cada día cien palabras en inglés. Las cosas, en otro idioma, nos suenan mucho mejor.
Evidentemente, no es lo mismo decir bacon que panceta, aunque tengan la misma grasa, ni vestíbulo que hall, ni inconveniente que handicap...
Desde ese punto de vista, los españoles somos modernísimos. Ya no decimos bizcocho, sino plum-cake, ni tenemos sentimientos, sino feelings.
Sacamos tickets, compramos compacs, comemos sandwiches, vamos al pub, practicamos el rappel y el raffting, en lugar de acampar hacemos camping y, cuando vienen los fríos, nos limpiamos los mocos con kleenex.
Esos cambios de lenguaje han influido en nuestras costumbres y han mejorado mucho nuestro aspecto. Las mujeres no usan medias, sino panties y los hombres no utilizan calzoncillos, sino slips, y después de afeitarse se echan after shave, que deja la cara mucho más fresca que el tónico.
El español moderno ya no corre, porque correr es de cobardes, pero hace footing; no estudia, pero hace masters y nunca consigue aparcar pero siempre encuentra un parking.
El mercado ahora es el marketing; el autoservicio, el self-service; el escalafón, el ranking y el representante, el manager. Los importantes son vips, los auriculares walkman, los puestos de venta stands, los ejecutivos yuppies; las niñeras baby-sitters, y hasta nannies, cuando el hablante moderno es, además, un pijo irredento.
En la oficina, el jefe esta siempre en meetings o brain storms, casi siempre con la public-relations, mientras la assistant envía mailings y organiza trainings; luego se irá al gimnasio a hacer gim-jazz, y se encontrará con todas las de la jet, que vienen de hacerse liftings, y con alguna top-model amante del yoghurt light y el body-fitness.
El arcaico aperitivo ha dado paso a los cocktails, donde se jartan a bitter y a roast-beef que, aunque parezca lo mismo, engorda mucho menos que la carne.
 En la tele, cuando el presentador dice varias veces la palabra O.K. y baila como un trompo por el escenario la cosa se llama show, bien distinto, como saben  ustedes, del anticuado espectáculo; si el show es heavy es que contiene  carnaza y si es reality parece el difunto diario El Caso, pero en moderno.
“Entre medias, por supuesto, ya no ponen anuncios, sino spots que, aparte de  ser mejores, te permiten hacer zapping.
Estas cosas enriquecen mucho.
“Para ser ricos del todo, y quitarnos el complejo tercermundista que tuvimos  en otros tiempos, solo nos queda decir con acento americano la única  palabra que el español ha exportado al mundo: la palabra "SIESTA."
Espero que os haya gustado...
Yo antes de leerlo no sabía si tenía stress o es que estaba hasta los cojones. Una saludo.


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