Revista Diario

Hablando con...¡el Papa Francisco!

Por Chiaragiorgetti

En julio de 2015, aconsejada "insistentemente" por Madre Luz, decidí escribirle una carta al Papa Francisco. Decía:


Su Santidad Papa Francisco: 
Mi nombre es Chiara, soy italiana, tengo 30 años y hace once decidí hacer un Erasmus en España donde conocí a la Congregación de las Misioneras Hijas de la Sagrada Familia de Nazaret, de las cuales, desde entonces, formo parte. Profesé temporalmente en 2008 y en 2013 hice la profesión perpetua. Me gusta mi vida y soy muy feliz. Esta es la segunda vez que le escribo. La primera fue hace dos años, en ocasión de mi profesión perpetua. Usted me contestó y dijo que rezaría por mí. ¡Muchas gracias! 
Hoy vuelvo a encomendarme a sus oraciones. Hace siete meses me diagnosticaron un cáncer metastásico, un cambio de planes indeseado e inesperado que me ha obligado a dejar de lado muchos proyectos. 
La muerte me asusta, pero solo un poco, porque me alivia el creer que en el Cielo no habrá ni cáncer ni enfermedad, ni dolor, ni sufrimiento, sino Amor, nada más que eso, y me parece extraordinario. Lo que sí me asusta es el sufrimiento de las personas que me quieren. Si hay una cosa que duele más que el estar enfermo, es ver sufrir a los demás porque lo estás. 
No sé si estoy preparada para la muerte o no, a veces lo pienso pero de momento prefiero seguir luchando para vivir, aunque luchar signifique aprender a convivir con el dolor y con ciertas limitaciones. Lo que quiero pedirle es una oración especial para aquellos que sé que aún no están preparados y que debido a mi enfermedad están sufriendo, de manera especial para mis padres y mi hermana. 
También quiero pedirle una oración para mi doctora porque de ella depende la vida de muchos enfermos. Es una profesional excelente pero lo mejor que tiene es que trata a sus pacientes con tanto cariño y dedicación que hace que las cosas sean un poco menos difíciles. Me encantaría que todos los enfermos tuvieran la misma suerte que yo en este sentido. Rezo mucho por ella y por todos los que como ella tienen en sus manos la vida de otros, para que sea Nuestro Señor quién guíe sus decisiones. 
Y cómo no, también le pido una oración para mi Congregación, ya que ahora mismo estamos abriendo nuevas misiones en Asia, África y América, con el deseo de llevar el Evangelio y la educación (somos maestras) allá donde haga falta. Dado que yo no puedo ir, pese a que siempre fue mi sueño, he pensado que pedirle a Usted que rece por estas nuevas fundaciones podría ser una forma de aportar mi grano de arena a estos proyectos, con la esperanza de que, si es voluntad de Dios, sigan adelante. 
Le agradezco mucho su atención y rezo por Usted, porque sé que su misión tampoco es fácil. Pero no se preocupe, ¡somos muchos los que cada día pedimos por Usted! Un abrazo y muchas gracias por todo lo que está haciendo por la Iglesia.
Al cabo de unos meses recibí su respuesta, donde me decía que llevaría a la oración mis peticiones. Y la verdad es que yo con eso de que el Papa rezara por mis intenciones ya me sentía afortunada.
PERO...hoy he tenido una oportunidad única en la vida (o al menos en la de la mayoría). En realidad, como yo a veces soy un poco pesada casi me la dejo escapar...pero como gracias a Dios, tengo hermanas en mi Congregación que cuando se meten algo en la cabeza son más cabezotas que yo, pues tuve el privilegio de poder hablar con el Papa Francisco cara a cara!!!
Solo cabe una palabra: GRACIAS. Al Papa Francisco por supuesto, pero sobre todo a mi Congregación, que fue quien de verdad lo hizo posible. 
Hablando con...¡el Papa Francisco!

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