Hablando de marranadas

Cuando me entero sobre casos específicos en los que se dilapidan los dineros públicos, me entra un coraje inmenso.

¿Cómo es posible que en el importante y auto proclamado transparente estado de Jalisco nos salgan con esta marranada?

Estoy de acuerdo que todos tenemos derecho a percibir un excelente sueldo, pero que no se pague del erario, que al final del día con estos recursos se imponga un respeto a la ciudadanía y que no nos están subiendo la gasolina, demás servicios públicos o pagos anuales como el costoso predial para este tipo de despilfarros.

¿Quien les quita a los intendentes, edecanes y empleados privados de los diputados del Congreso de ese estado una parte de lo que perciben? Dudo que el 100% del gasto vaya a parar al bolsillo de esas personas.

¿Cuantos casos más de estos hay a lo largo y ancho del país, ocultos bajo la supuesta autonomía de la que nunca ha sido una noble institución? Digo nunca ha sido pues cuando el PRI habitaba en Los Pinos los diputados y senadores del país vivían en cuclillas, obedeciendo los caprichos del inquilino de esa residencia, ahora que ya no tienen el yugo en el pescuezo no saben que hacer con la libertad y caen en libertinajes de este tipo.

Con tanta mierda no hay dinero que alcance y precio de la gasolina que lo soporte.

Pero como lo he dicho “n” veces: “Esto nos pasa por pendejos”.