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Hablar, el arma que no se entrena en un portero

Publicado el 25 enero 2018 por Adrián Gómez @Guantespuestos

Hablar, comunicar, es una de esas cosas que muchos echamos de menos en los porteros, pero que no entrenamos. De esos aspectos que para algunos es importante pero para otros no influye en la opinión sobre un guardameta, pero que es una habilidad muy necesaria, sobre todo si queremos a llegar lo más arriba posible en nuestra carrera fútbolistica. Comunicarnos. Hablar… Hablemos.

Hablar, el arma que no se entrena en un portero

La habilidad más subestimada de un portero y que a su vez puede ser una de sus mejores armas, es la comunicación. Como portero, estás en la posición perfecta para poder ver todo el terreno de juego y el posicionamiento de tu equipo y de tus rivales, lo que significa que una comunicación efectiva puede alertar a los defensores de posibles amenazas y detener un ataque antes de que comience.

La clave para la comunicación efectiva se puede dividir en 3 categorías:

  • Qué dices
  • Cómo lo dices
  • Cúando lo dices

¿Qué dices?

Siendo específico y conciso.

Cuando hables con tus compañeros de equipo, intenta que la información sea lo más concisa y breve posible, di lo que sea necesario y nada más. Si le das a tus compañeros demasiadas directrices durante la acción de juego, puede servir como distracción o hacer que tus palabras pierdan el impacto que deseas crear en tu defensa.

Sé eficiente con lo que dices al dar instrucciones, usando palabras clave, como por ejemplo, “Espalda”, “Aguanta”, “Aprieta” . A veces una sola palabra acompañada del nombre de tu compañero o simplemente el lado donde se sitúa, puedes ser la llave para una buena acción defensiva de tu equipo. Para que tu defensa se acostumbre a tus palabras clave, procura usarlas en entrenamientos para que sepan qué información les das y puedan interpretarla correctamente en décimas de segundo durante el partido.

La comunicación se trata de ayudar a tus compañeros de equipo, no gritarles ni faltarles al respeto. Evidentemente todos tenemos carácter y a veces se nos puede escapar una reprimenda subida de tono, pero no se puede tomar como norma general. No tengas miedo de animar o alabar, eso ayudará a mejorar la confianza tanto del grupo como la tuya propia, y céntrate en lo que pueden hacer para evitar una oportunidad de gol, no en lo que hicieron mal anteriormente.

Hablar, el arma que no se entrena en un portero

¿Cómo lo dices?

Mantente seguro y toma el mando.

Conozco a muchos porteros jóvenes que de repente se muestran tímidos cuando se enfrentan a un partido y deben hablar a sus compañeros.  Saben qué decir, pero no tienen la confianza para decirlo. ¿Miedo a una mala reacción? ¿Simplemente timidez? ¿Inseguridad?

Intenta hacer que tus palabras sean nítidas, fuertes y exigentes para dar una imagen de confianza, incluso aunque tú mismo no la tengas al 100%. Esto te ayudará a sentirte fuerte y sobre todo a transmitir seguridad. Si tus compañeros confían en ti, tu mismo confiarás en tus posibilidades.  Luego, la experiencia y los partidos harán que crezcas.

Un tono de voz fuerte da a las cosas que dices un mayor impacto y tus compañeros de equipo responderán con mayor probabilidad. No pidas las cosas por favor, estás compitiendo, ¡ordena! ¡manda!

Tu tono de voz también puede influir en tus compañeros de equipo según el nivel de urgencia de la situación. Se puede usar un tono más fuerte y severo y para indicar un mayor nivel de peligro, mientras que si no hay amenaza, se puede usar un tono más suave.

Hablar, el arma que no se entrena en un portero

¿Cuando lo dices?

Habla lo más pronto que puedas y cuando sea necesario.

Evidentemente, no puedes ordenar a tus compañeros cuando tienes al delantero delante de tí a punto de fusilarte. Tienes que evitar que esa situación se dea, y para ello debes intentar anticiparte y avisar con tiempo suficiente a tus compañeros.

La comunicación también debe llegar temprano para dar tiempo a los jugadores a procesar la información y tomar una decisión antes de que ocurra la situación a evitar.

Y finalmente, muchos entrenadores les dicen a sus porteros que hablen constantemente, pero no caigas en la trampa de sentir que debes hablar sin parar. Si alguien te estuviera hablando continuamente, te desconectarías. Lo mismo se aplica aquí. Los compañeros se desconectarán. Si te comunicas frecuentemente durante el partido pero en los momentos necesarios, no solo no te dejarás la voz, sino que, lo que es más importante, lo que digas tendrá un mayor impacto en los jugadores y será más probable que respondan.


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