De cuando en cuando me gusta escribir por aquí reflexiones que derivan de varias circunstancias. Haber leído algo, comentarios de la gente, una conversación...
Pues bien, la entrada de hoy es un refrito de dos hechos: el primero es una conversación (sobre economía y el recorte del Gobierno) de sábado noche, donde la gente dice lo que piensa, sin pensar lo que dice, y el segundo es por la lectura de un Post bastante curioso sobre cómo habría que desmotivar a los votantes tontos en los periodos electorales.
Lo cierto es que la idea, a fin de cuentas, es básicamente la misma. Se trata de la curiosa estrategia que se ha buscado la democracia para hacer partícipe a todo el mundo de un sistema muy peligroso.
Antes de nada, recomiendo la lectura del Post enlazado, de veras que merece la pena.
Resumiendo para el que no lo quiera leer: viene a decir que el 70% de la gente no está capacitada para emitir un voto de una manera lógica y locuaz. Se vota por impulsos, sentimientos, etc... pero no hay una fase de reflexión, y ni mucho menos, un conocimiento exacto de saber por qué y a qué se vota.
Además, habla de que es una decisión muy importante, puesto que el voto designa la persona que queremos que nos gobierne y dirija la vida pública del país.
Hasta aquí se puede estar más o menos de acuerdo. Yo, personalmente, en gran medida lo estoy. Sí, eso rompería con los principios básicos de la igualdad, pero hay un tercer matiz que hace volcar mis ideas por este planteamiento.
Una nueva encuesta nos viene a exponer que después del plan de ajuste del Gobierno, la intención de voto a dado un giro radical. Si hace unos días el PSOE recortaba distancias con respecto al partido de la Oposición, ahora resulta que todo el mundo ha subido a los altares de 'Enemigo Público' a Rodríguez Zapatero.
Pues bien, aquí entra otro de los aspectos. Damos bandazos a nuestras ideas sin tener la más mínima idea de economía. Y ojo, no digo que yo la tenga. Pero la cuestión es que recibimos ruido de los cuatro voceros al servicio de la política (que tampoco entienden nada de economía, por cierto) y ya somos capaces de creer que sabemos algo.
No, mire usted, la economía es algo más que saber que esto lo pagan los trabajadores, que los bancos salen "de rositas"... y una sarta de frases hechas que derivan hacia un mismo y concurrido lugar: la ignorancia.
La gente habla y habla, y lo que es peor, luego vota. Pero lo hace sin saber qué son los 'Presupuestos Generales', que es la política fiscal, etc...
El dilema es curioso, porque todos tenemos derechos adquiridos, y no por saber más o menos sobre leyes o economía dependerá nuestro derecho a voto, ¿o sí debería depender?