Una fuente de información sumamente valiosa para la toma de decisiones la constituyen las estadísticas económicas. Su análisis permite evaluar el desempeño de la actividad económica y aplicar —con sentido de oportunidad— correctivos necesarios para garantizar resultados satisfactorios conforme a lo planteado por el hacedor de la política.
Recientemente, el Banco Central de Venezuela (BCV) publicó el Producto Interno Bruto (PIB), registrando un crecimiento económico del 8,78% para el segundo trimestre del 2024. Destacando en el comportamiento de la actividad no petrolera el desempeño de actividades como la agricultura en crecimiento del 6,26%, minería 22,78%, construcción 18,41%, manufactura 8,83% y las actividades financieras 20,92%.
Prueba irrefutable de recuperación sostenida. Las políticas económicas implementadas en medio de una economía bajo asedio permanente, están arrojando resultados favorables.
Las MCU plantean adversidades que nos llevaron a aprender la importancia de apostar y desarrollar lo hecho en Venezuela como requisito sine qua non para fortalecer la economía real.
El reciente desempeño de estas actividades económicas no petroleras —históricamente invisibilizadas y subordinadas a la dinámica de la actividad petrolera— sienta bases al nuevo modelo de acumulación post-rentista necesario para posicionarnos en el inevitable proceso de integración nacional, regional y mundial en el marco del ascenso disruptivo del bloque de economías emergentes Brics+.
Redoblar esfuerzos para optimizar los procesos y estrategias de cara a esta nueva fase del proyecto político liderado por el presidente Nicolás Maduro, exige una revisión profunda para instrumentar políticas cónsonas con la actual coyuntura; como las Zonas Económicas Especiales (ZEE), poderosa herramienta que apuntalar para su crecimiento y desarrollo incrementando flujos de inversión necesarios a la transformación del aparato productivo y del territorio.
Producir más es garantía de contar con riqueza creada y su distribución como la única vía para mejorar las condiciones de vida del paciente pueblo que ha resistido los efectos criminales de las MCU, frente al mundo polarizado e inerte, cómplice ante los desmanes y excesos que produce el hegemón en su rol de policía mundial pisoteando la soberanía y autodeterminación de los pueblos.