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Hablemos de la donación de óvulos (II)

Publicado el 20 mayo 2014 por Jorjol

Una vez la paciente acepta la donación de óvulos como una salida a su problema de fertilidad, el camino que debe recorrer es, a nivel de medicación y de controles, mucho más fácil.

De hecho, es la donante la que se va a someter a controles estrictos e inyecciones de medicación subcutánea diarias, mientras que la receptora sólo necesita tomar estrógenos (ya sea en comprimidos o parches) para preparar su endometrio.

Hoy en día, existen dos maneras de hacer la donación de óvulos. La primera es utilizar óvulos congelados. Cómo comenté al explicar la vitrificación de óvulos, esta opción nos ofrece la posibilidad de generar óvulos (en este caso, de donantes) que se guardan en el banco y se descongelan para ser inseminados con el semen de la pareja en el momento en que la receptora ya está preparada. Este sistema es muy cómodo pero precisa de un buen programa de vitrificación de óvulos (y no todos los centros lo tienen).

La otra opción es utilizar el ciclo en fresco de la donante, es decir, en el momento de la punción folicular de la donante sus óvulos se inseminan con el semen y se obtiene embriones para transferir en la receptora.  Esta vía precisa de la sincronización de los ciclos de la donante y de la receptora, es más lenta y a veces aparecen sangrados en la receptora que nos obligan a cancelar el tratamiento y volver a empezar, pero no implica la vitrificación previa de los óvulos.

Los centros utilizan un método u otro en función de la experiencia que tengan y de los resultados obtenidos.  En definitiva, lo que se busca es conseguir embriones que den lugar a un embarazo y esto se logra tanto con óvulos vitrificados cómo con el ciclo en fresco.

 


Hablemos de la donación de óvulos (II)

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