Juan Martorano
Sin duda, de un tiempo para acá, los signos de deterioro de la calidad de vida de la población venezolana son evidentes. Y esto hace que el cuadro que vive la ciudadanía sea muy difícil y complejo. Buscan convertir a nuestro país en un gran psiquiátrico.
Esto tiene que ver con las guerras de nuevo cuño, con las guerras híbridas, con las amenazas multidimensionales y multiformes debido a que nuestro país posee unas riquezas que grandes potencias a nivel mundial codician y quieren.
Lo que ocurre en nuestro país es producto de la no superación de un modelo rentístico petrolero, porque aún no estamos en socialismo. Todo lo que se usa, se come, medicamentos, insumos necesarios en el país son importados, y esto se convirtió, con el correr del tiempo,en una vulnerabilidad que el enemigo está aprovechando y ha ocasionado muchas heridas en el cuerpo de la República. Las medidas coercitivas unilaterales impuestas por EEUU a Venezuela, están afectando por igual, tanto a chavistas como a los antichavistas, echando por tierra la tesis de que las mal llamadas “sanciones” sólo son para los funcionarios del régimen de Nicolás Maduro.
Pero también no es menos cierto, que también ha habido dentro de los entes gubernamentales mucha indolencia, minimalismo, desánimo, falta de empatía, y hasta se ha retrocedido en el trato humano y en la solidaridad por parte de los que deben servir con amor al pueblo. Los problemas de nuestro país no podemos achacarlos solo al tema de las agresiones gringas a Venezuela, sino que también cada persona con responsabilidad dentro de la estructuras de la Administración Pública, y del Estado como un todo, debe cumplir de la mejor tarea con sus tareas y funciones, con sentido de verdadero servicio a un pueblo, porque para eso se le paga, y no como una caridad o un favor.
Hecha pues, esta introducción, entremos pues en materia que interesa a este artículo.
Este opinador considera, que el escenario de una intervención militar directa por parte de EEUU siempre penderá como una amenaza sobre nuestro país. Sin embargo, no creo esto que ocurra de manera inmediata, ya que en el plano geopolítico han ocurrido una serie de eventos, que obligan a la administración Trump a reaplantearse sus planes de acciones militares sobre territorio venezolano.
No obstante, y como lo expresó hace casi un mes el camarada Reinaldo Bolívar, creo que la mayor apuesta que está haciendo el actual gobierno estadounidense, tiene que ver con el de provocar el mayor daño a la economía venezolana, hacer que el pueblo sufra, arreciar en la imposición de las denominadas medidas coercitivas unilaterales, a fin de hacer más gravosa la situación de los que habitamos en Venezuela.
No en balde, en una entrevista realizada al ex embajador estadounidense en Colombia y Venezuela, William Brownfield, enemigo acérrimo y declarado de Venezuela y la Revolución Bolivariana, señaló, en entrevista a mediados del mes de abril, si la memoria no me falla lo siguiente: “Todo el mundo está esperando el desenlace de corto plazo en Venezuela, pero hay que prepararse para la solución a largo plazo a la coyuntura política que vive Venezuela”. En estos momentos es que estamos entendiendo lo que quiso expresar este nefasto personaje.
Fuí uno de los primeros que comenzó a advertir, a finales del mes de abril, la situación que comenzaría a presentarse en el país debido a las agresiones y al bloqueo a los aditivos y diluyentes para la producción de gasolina en el país. De la afectación a la movilidad social y de la canibalización y corruptelas que con esta situación se presentaría. Tal vez, hubo también falta de previsión de parte de los que defendemos la Revolución Bolivariana de tomar las medidas oportunas, a fin de que si no lográbamos neutralizar este ataque, por lo menos minimizar al máximo posible sus efectos a nuestro pueblo.
En su debida oportunidad, en el año 2013 el propio presidente Nicolás Maduro habló de la implementación del plan “Colapso Total”, referido en aquella oportunidad solamente al sector eléctrico del país. En esta oportunidad,creo que dicho plan se ha retomado, pero escalándolo hacia otros servicios públicos esenciales para nuestro pueblo.
A ello hay que agregar la situación que ha comenzado a presentarse con sectores gremiales, que han comenzado a activar actos de protesta. Quiero señalar que mi postura no es la criminalización de toda protesta y manifestación, siempre y cuando está se dé de manera pacífica, sin armas y no afectando los derechos de otros ciudadanos que no tengan que ver con la manifestación. Pero, cuando observo que ciertos actores políticos y conglomerados mediáticos nacionales e internacionales pretenden servirse de un justo reclamo del pueblo para sus inconfesables fines, es algo que además de llamarme la atención, me advierte que detrás puede estar en marcha un plan que busca desnaturalizar los justos reclamos de una población que reclama sus derechos.
A todas luces, pareciera que hay un impulso de una agenda de conflictividad social, tendiente a generar todas las condiciones propicias y proclives para un estallido social en Venezuela. Y sin duda en el país hay una situación explosiva y muy peligrosa, en la que yo solamente la he resumido con algunos elementos, los más recientes.
Incluso Mario Silva en su programa “La Hojilla”, advirtió ayer que hay sectores en el país trabajando para que se produzca un “Caracazo”, y por eso me decidí escribir este artículo.
Pese al escenario de extrema complejidad que afronta el país, yo creo que la posibilidad de un estallido social en Venezuela es muy difícil, puesto que el “Caracazo” de 1.989 se dio en el marco de un gobierno entregado al Fondo Monetario Internacional (FMI) y con políticas neoliberales de shock. Además de eso, un gobierno altamente represivo y que gobernaba en beneficio de las élites.
Hoy en día, a pesar de los problemas que hay en el país, es muy difícil que haya un estallido social, ya que pese al escenario complejo, el gobierno que tenemos no es un gobierno de élites. Sin duda le ha faltado el elemento de radicalización de la Revolución, y que algunas medidas adoptadas se enmarcan dentro del reformismo más puro tirando hacia lo neoliberal. Pero mal pudiéramos señalar que es todo el Gobierno o todas las áreas del mismo.
Los sectores más pobres de la población históricamente han tendido a organizarse, cuál enjambre, en situaciones de complejidad y de crisis, y en esta oportunidad esa no ha sido la excepción. Además de que el pensamiento de Chávez se les metió hasta en el tuétano y el corazón, y pese al descontento y malestar, no ha habido desenfrenos ni desbordamientos de lo ocurrido hoy en día.
Sin embargo, aún cuando sostengo esto, es bueno que el Ejecutivo Nacional adopté las decisiones que deba adoptar, y apriete la mano, a fin de blindar esta aseveración que me he permitido hacer, y que el pueblo, además de protegido, reitere su confianza en el liderazgo actual de la Revolución Bolivariana.
Sin duda estamos en tiempos de definiciones y se atizan las contradicciones.
¡Leales Siempre! ¡Traidores Nunca!
¡Independencia y Patria Socialista!
¡Viviremos y Venceremos!
Abogado, Activista por los Derechos Humanos, Militante Revolucionario y de la Red Nacional de Tuiter@s Socialistas (RENTSOC).
[email protected] @juanmartorano