Dicen que más vale tarde que nunca, pero hay veces que hacer las cosas tarde te deja con las posaderas al aire, con lo que eso conlleva. Y eso es lo que le ha pasado al alcalde de Burgos en las protestas del Gamonal. A los ojos del resto de España, porque no sé lo que ha ocurrido exactamente en la Ciudad castellano leonesa, el Sr. Alcalde ha cedido a las presiones violentas de los vecinos paralizando una obra que estaba recogida en el programa electoral y que, por lo tanto, debía ser conocida por los ciudadanos de ese barrio que le votaron de forma mayoritaria.
Y digo que ha cedido a las presiones violentas porque durante meses, según tengo entendido por los medios de comunicación, muchos burgaleses se estuvieron manifestando de forma pacífica pidiendo la paralización de las obras y no tuvieron ningún éxito.
Y es que Gamonal ha enseñado el camino, al más estilo dedo de Mourinho. Me parece a mí que con lo ocurrido a muchos les ha quedado claro que por métodos pacíficos, manifestándose conforme a ley, poco se puede conseguir, que es mejor “liarla parda” para lograr un objetivo, como así ha ocurrido.
¿No habría sido más fácil que el Ayuntamiento de Burgos hubiera convocado un referéndum en el barrio?, de esa forma habría desactivado a los violentos, le habría dado la voz a los vecinos y habría podido explicarse ante ellos para intentar convencerlos de la necesidad de la reforma en la avenida de Vitoria. Pero no, siguiendo la política de información del Partido Popular, parece que no escuchó a los vecinos cuando reclamaban pacíficamente y luego, cuando llegó la violencia el tema les ha venido grande y no ha sabido reaccionar, siendo la única opción renunciar al proyecto.Mal ejemplo ha dado el Ayuntamiento de Burgos, nos ha enseñado que por medio de la violencia se pueden conseguir las cosas. ¿Habrá que tomar nota?
