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Hace cuarenta años - Maria Van Rysselberghe

Publicado el 15 abril 2013 por Rusta @RustaDevoradora

Hace cuarenta años - Maria Van Rysselberghe Edición: Errata naturae, 2012 (publicado por primera vez en 1936) Páginas: 88 ISBN: 9788415217312 Precio: 12,90 € De vez en cuando me cruzo con libros que irradian luz, una luz personal y cálida, fruto de la lucidez y la transparencia de los sentimientos que se plasman en sus páginas; una luz poderosa que invita a refugiarse durante unas horas en este viaje íntimo hasta lo más hondo y puro del amor, un lugar evocador, elegante, sutil, que hechiza al lector y permanece en él como el recuerdo de algo bello, único y singular. Hace cuarenta años es uno de esos libros, una novela de corta extensión que, en palabras de la editorial, se puede considerar «una joya secreta de la literatura europea del siglo XX». Maria Van Rysselberghe (Bruselas, 1866 – Cabris, Alpes marítimos, 1959) nos abre una puerta de su corazón con Hace cuarenta años (1936), el relato de una breve (pero intensa) pasión entre ella misma y un hombre al que llama Émile, contado en primera persona cuarenta años después de que tuviera lugar. La autora, que fue esposa del pintor Théo Van Rysselberghe y amiga cercana de André Gide, tuvo una vida vinculada al mundo de las artes y publicó, entre otros, Los cuadernos de la Petite Dame, una crónica sobre Gide. No obstante, sería injusto pensar en Maria Van Rysselberghe únicamente por sus conexiones con otros creadores, puesto que Hace cuarenta años nos demuestra que fue una escritora con una voz propia que merece ser recordada por ella misma
Hace cuarenta años - Maria Van RysselbergheA finales del siglo XIX, Maria y Émile pasan una temporada juntos en la casa de la duna, un rincón de una playa del Mar del Norte en el que leen con avidez los versos de Baudelaire y la correspondencia de Flaubert, lo que no solo refleja la cultura y el buen gusto de la autora, sino el hecho de estar pasando por esa época en la que los enamorados sienten que los textos sobre sentimientos hablan de ellos. El espacio, esa casa de la duna, juega un papel fundamental en la obra: tanto Maria como Émile están casados, y este lugar es en su existencia como un oasis en un desierto, como una flor en un campo de batalla: una experiencia maravillosa y profunda que saben que terminará pronto. Porque ni Maria ni Émile se plantean romper con sus vidas anteriores; de hecho, la preocupación por el daño que podrían hacer a sus cónyuges está siempre presente. Sin embargo, el carácter efímero de su encuentro hace que su amor aún nos parezca más extraordinario, más eterno, más real. Lo que brilla en Hace cuarenta años no es el adulterio, sino la fidelidad a un amor ideal, un amor de largas conversaciones, de gestos sutiles, de silencios expresivos y de miradas de comprensión. La historia de estos dos enamorados no se materializa en una atracción fatal, sino que se trata de un amor puro, casi etéreo, que no llega a consumarse. Un amor tan intenso que todos querríamos sentir al menos una vez en la vida, un amor triste y real que invita a pensar que este tipo de experiencias al límite son las únicas capaces de manifestar el candor de los sentimientos, un candor que, tal vez, se habría perdido en la cotidianeidad del matrimonio y la familia. La autora plasma el encuentro con una voz íntima, elegante y sutil, que rebosa tanta sensibilidad que al terminar de leerlo no pude evitar regresar a las primeras páginas y redescubrir la historia de Maria y Émile con los matices que solo se aprecian en una segunda lectura, cuando uno ya se ha acostumbrado al tono de la narración y no sufre las inconveniencias de la primera toma de contacto. Los diálogos de los personajes están cuidados al máximo: son pura refinación, tienen la capacidad de expresarlo todo con los recursos mínimos. La narración en primera persona de Maria también encaja en esta descripción: desprende emoción, nostalgia; hace de una experiencia personal un sentimiento universal. Bebe de la mejor tradición de la literatura francesa y algunos fragmentos consiguen llegar muy adentro. No quiero terminar esta reseña sin hacer una mención al excelente trabajo de Errata naturae: la edición de Hace cuarenta años es impecable, sin faltas ni erratas; además, incluye una nota de los editores y un epílogo de Natalia Zarco, muy interesantes para introducirnos en la lectura. En estos momentos el libro ya va por su segunda edición —todo un logro para una editorial pequeña que se dirige a un público minoritario—, así que se puede decir aquello de que al final el trabajo bien consigue su recompensa. Hace cuarenta años - Maria Van RysselbergheEn conclusión, Hace cuarenta años me parece un relato muy hermoso, una muestra de un amor tan bello que casi debería ser una lectura imprescindible para los amantes de las novelas intimistas, esas que poseen la capacidad de plasmar con delicadeza las emociones más recónditas que surgen entre dos enamorados. No leáis este libro si lo que queréis son aventuras, tramas de intriga o finales sorprendentes; tampoco lo leáis si entendéis el amor como un romance de princesas y caballeros con una atracción desenfrenada. Hace cuarenta años es puro sentimiento y exquisitez, de modo que lo recomiendo a los lectores que tengan sensibilidad para este tipo de temas y quieran deleitarse con la tierna historia de Maria y Émile. Nota: las pinturas son retratos de Maria realizados por su esposo, Théo Van Rysselberghe: Maria Van Rysselberghe, Jersey (1907) y La dama de blanco (1926), respectivamente.

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