En Avignon cuando hace frío, hace mucho, mucho frío.
Hace dos o tres semanas estaba yo en casa tan tranquila cuando de pronto escuché un "ponk" proveniente de la terraza. Salí a mirar y cuál no sería mi sorpresa cuando solo había uno de los vestidos que había tendido tirado en el suelo.
- No puede ser eso lo que hizo "ponk". Un vestido al caer no hace "ponk".
Y entonces me agaché a recogerlo...
Pues sí; era el vestido lo que había hecho "ponk", porque estaba congelado, en una sola pieza, como lo estaban las camisetas, calcetines e incluso las medias que colgué unas horas antes. Tan congelado que lo puse en el suelo y se tenía de pie.
No voy a sobrevivir a este invierno, lo sé...