Desde que comenzó esta 'crisis' se han celebrado nueve 'cumbres' del llamado G-20 (20 países más ricos del mundo).
La globalización no ha sabido tomar el pulso al mundo para saber qué recetas hay que aplicar para que salgamos de una vez por todas del hoyo en el que nos han metido.
Recordemos que este grupo 'selecto' de ricos países empezaron su andadura con el G-7, luego fue el G-8, G-14 hasta llegar al actual del G-20.
Así con estas siglas, se está indicando que cada vez existen más países más ricos y que como contrapunto consiguen que los países pobres sean más pobres.
Estas reuniones tuvieron su manifestación más democrática ¿democrática? cuando Lehman Brothers se fue literalmente al carajo, y entonces surgieron los gritos para reformar el sistema financiero mundial.
Pero poco a poco se ha ido desvaneciendo esas ganas de 'arreglar' y ese espíritu aparente, al final está abandonado. Muchos países creímos por fin la posible panacea, para que esto no volviera a ocurrir, para salir de este marasmo, pero a muy pocos les interesa solucionar.
Hace más de 75 años Keynes, dijo que esto era un problema de infraestructuras, que el camino para lanzar la economía mundial, pasa irremediablemente por la inversión pública en grandes infraestructuras físicas y tecnológicas.
Poco han aprendido los grupos selectos, repito, para relanzar la economía se necesita inversión pública, lo dijo Keynes hace más de 75 años.