Hace algo más de un año me presentaba a vosotros, dando la bienvenida a los mellizos. Fue algo así:
Por fin habéis llegado. Bienvenidos. Ha sido un largo camino, para todos. Mucho tiempo peleando, soñando, ilusionándose y llorando. Hemos tenido que decir adiós pero con el sabor de un 'hasta luego' y luego... dos. No dejáis de sorprendernos. [...]
Día 1 - Bienvenidos3 de febrero de 2016
Mi intención era escribir esta entrada justo el día del aniversario pero entre lo que os contaba en la anterior entrada de toda la locura laboral y los cambios por conciliar, la campaña para los premios Madresfera 2016 (Mil gracias por ese quinto puesto en paternidad) y unos días difíciles, al final estamos aquí celebrando el aniversario + 8 días.
Se me habían pasado por la cabeza muchas formas de celebrar el aniversario. Entre ellas un sorteo, pero si no tengo casi tiempo para escribir, organizarlo ya me hubiese vuelto loco. Así que he decidido echar la vista atrás, a todo lo que ha pasado desde que empecé a compartir con vosotros lo que está suponiendo para mi vivir la paternidad.
Puede que esto sea como aquellos capítulos recopilatorios de las teleseries que utilizaban para llenar minutos de la temporada con flashbacks, y eso le da un mayor encanto, admitidlo. Ese encanto rancio y nostálgico de los 80 y primeros 90. Es como escuchar el máquina total 8 en cassette solo por el remix inicial que te aprendías entero en 'espanglish' o como cuando se te va el ritmo al pie en un bar cuando suena el tema discotequero de tu infancia.
Hace un año y pico empezaba contaros mis vivencias, como os decía. Les advertía a mis hijos que les había tocado un padre friki y melómano... el cual ha acabado versionando canciones rock (y la Flaca de Jarabe de Palo) usando letras infantiles. Comencé un canal de Youtube llamado Anécdotas 2.1 en el cual desde hace tiempo hago de todo menos contar anécdotas. Creé secciones y categorías y me proponía mantener un esquema, un orden. Al final hago lo que me sale, lo que se me da bien, escribir como me nace de dentro. Cuando me ciño a un guión es como si escribiese otro. Soy un desastre que comienza una entrada queriendo hablar de una cosa y termino profundizando en otra muy alejada de la idea original que me hizo abrir el blog ese día y darle a 'Nueva entrada'.
Así es mi blog. Al fin y al cabo así soy yo y así vivo las cosas. En cierto modo es un reflejo de mi paternidad también. No me veo capaz de seguir unos cánones, unas líneas de crianza. No sé de métodos, bromeo con Estivil pero de ese al menos me se su nombre (y me da la pereza de buscar en Google si se escribe así) y no soy ningún abanderado del BLW aunque fomento que mis hijos descubran ellos mismos los alimentos. Estoy a favor de la Lactancia Materna, creo que es lo mejor, pero también estoy a favor de aquellos que deciden libremente y de manera consciente recurrir a la Lactancia Artificial. Obvio que apoyo ciegamente a quienes recurren a la segunda porque no pueden optar por la primera. Nosotros quisimos alimentar a Caribicho y Cocopanza a base de LM todo lo posible y así se hizo. Antes o después hemos tenido que recurrir a LA.
Los que me leéis de hace tiempo sabéis como soy. Intento tomarme con humor todo lo que puedo. Recurrir al sarcasmo si es necesario. La paternidad, en mis escasos 13 meses y medio de experiencia, es una experiencia preciosa. Preciosa y jodida. Dura como nada a lo que me haya enfrentado pero que no la cambiaría por nada en el mundo. Me pone a prueba, como persona, como padre, como pareja y tropiezo muchas veces. Me equivoco, hago las cosas mal, me pongo de mal humor y, dicho mal y pronto, me cago en todo. Pero me hace feliz. Hay algo que suelo decir a quienes me preguntan '¿Y como lo llevas lo de ser papa?' y siempre suelo responder lo mismo:
Jamás he estado tan puteado y he sido tan feliz.
Si me estas empezando a leer no esperes en este blog una paternidad de catálogo con fotos de padres sonrientes sacadas de un banco de imágenes gratuitas. Tampoco esperes un blog de un padre que no hace más que quejarse y en el que parece que la paternidad (y la vida en general) solo ofrece sombras y problemas.
La paternidad huele a pañal cagado. Suena a llanto histérico a las 3 de la mañana y sabe a leche rancia. La paternidad es un audio en whatsapp que me manda Padme con la risa contagiosa de Cocopanza y que me da fuerzas para seguir al 100% en el trabajo tras una mala noche. La paternidad es llegar a casa de mal humor pensando todo lo que tienes que hacer y que se te pase cuando Caribicho se gira y sonríe ampliamente al verte entrar por la puerta. La paternidad es hablarle mal a tu pareja porque el sueño nubla tu cabeza y tu estado de ánimo y un minuto después poneros a reír por algo que han hecho tus hijos.
No lo cambio por nada. Y espero poder contároslo otro año y pico y muchos más.
Gracias por estar ahí.
P.D.: al final tampoco ha sido una entrada recopilatoria.