El siluetazo fue una acción estético-política que logró simbolizar la desaparición y de manera emblemática, articular el arte con una demanda social colectiva: la aparición con vida de miles de personas desaparecidas durante la última dictadura militar. En 1983, "el siluetazo" copó las calles de Buenos Aires. Se trató de una de las mayores intervenciones estético-políticas para denunciar las desapariciones de personas durante la última dictadura militar. Una idea simple y cargada de sentido: contornos humanos de dos metros por uno desparramados por las calles. En la revista crisis #60, esta nota contó la génesis y el desarrollo de esa acción que logró corporizar la falta y volverse emblema.Por Victoria Azurduy


Algunos dirán que se trató de un milagro, que el deseo de justicia en conjunción con la esperanza dio como resultado un eclipse del terror. Los entendidos, que fue el fenómeno de arte colectivo más importante. Y todos tendrán la razón. Ocurrió en Buenos Aires hace cinco años cuando los desaparecidos, las 30 mil víctimas de la dictadura militar, aparecieron juntos, avanzando más erguidos que los árboles y las banderas hacia la Casa Rosada.
El origen del milagro, el eclipse y el fenómeno datan de fines de 1982. Tres plásticos, Rodolfo Aguerreberry, Julio Flores y Guillermo Kexel elucubraban alguna forma de respuesta a la convocatoria del salón anual de la ESSO sobre "objetos y experiencias”. El objetivo se centralizaba en conmover, revisar tanto conformismo que palpaban en el medio. Si, como decían los grandes teóricos, el arte es hacer presente lo oculto, la realidad tenía demasiadas apariencias y miles de desaparecidos. Ellos se propusieron hacerlos aparecer en la misma condición que desgarraba a la realidad del país: como desaparecidos.




Porque ¿qué sentía Pedro cuando se tiraba al suelo para ser Juan, María para ser Ana? El que marca su silueta comprende que con su lápiz recorre las tinieblas y la luz, y que está creando lo creado, lo que fue arrebatado. ¿Y con qué palabras describir al padre que hace que su hija se acueste sobre el piso para que de su entorno aparezca otra pequeña desaparecida?
-Haceme a mi papá
-¿Y cómo es tu papá?

Una sola silueta quedó marcada sobre el piso de la Plaza, y antes de que surgieran las protestas, el hombre escribió: “Toda la verdad sobre Dalmiro Flores 16.12.82”. Dalmiro había sido secuestrado exactamente ahí. Dicen que alguien dijo: levantate, hermano, y otros y otros y otros. Y Dalmiro echó a andar.

