¿Hacemos una carrera?

El ser humano es competitivo por naturaleza, pero creo que cuando nos convertimos en madres o padres ese sentimiento se eleva hasta el infinito y más allá.
Durante la infancia de nuestros hijos nos dedicamos a vanagloriarnos de las hazañas de nuestros pequeños, y vivimos cada avance como una victoria, pero no una victoria del peque sino como una victoria frente a... Al hijo de mi vecina, de la chica del parque, o de cualquier niño que tengamos alrededor.
¿No os aburre?Yo estoy cansada de frases tipo ¿A qué edad anduvo? ¿Aún lleva pañal? ¿Ya tiene los dientes? ¿Cuántas palabras dice? ¿aún toma biberón? ¿Ya sabe leer? ¿Hasta qué número cuenta? ¿Hace bien los palotes?¿Eso es lo más importante en el crecimiento de un niño? De verdad creéis que porque hagan todas esas cosas los primeros vayan a ser más felices.Pues desde aquí os digo que me niego a seguir formando parte de carrera alguna.En mi vida y en la de mis hijas hay otros aspectos que me preocupan más, otros matices que son prioritarios, como: ¿Cuántas veces ha sonreído hoy? ¿Cuántos besos me ha dado? Eso sí me preocupa, que mis hijas sean felices. ¿Creéis realmente que por andar antes o hablar antes un niño es más inteligente que otro?¿Conocéis a algún niño sano que al final no ande? ¿O que no hable correctamente?Cada niño evoluciona dependiendo de sus tiempos vitales, y mientras entre dentro de lo que los especialistas consideren "normal"(y digo "normal", entendiéndose que no hay ninguna enfermedad que impida su desarrollo), dejémosle que crezca sin presiones.Yo no voy a ayudar a que mi hija viva en una competición diaria. La vida es una carrera de fondo, una maratón. No gana el que más corre en los primeros kilómetros, sino que el que entra el primero en la meta después de 42,195 km. Si gastamos las fuerzas en los primeros kilómetros llegamos desfondados si llegamos.Disfrutemos de la vida, de ese regalo maravilloso que nos ha dado, y hagámoslo con ellos, acompañándolos.Nos leemos.