Narrar es hacer un palimpsesto absoluto. El texto está debajo y solo hay que sacarlo. Narrar es transgredir también, violentar a quien lee o a quien escucha, agredir a quien se presta a modificar su estado en el mundo. El que escribe también está violentándose, modificando un ánimo para conducirlo a otro. Leer es siempre un riesgo porque no se tiene la certidumbre de que se vaya a salir con el mismo apero sentimental o intelectual con el que se entró. Leer es hacer un palimpsesto inverso. Leer es ser transgredido, aceptar ser violentado, pedir esa dulce agresión que consiste en empezar una travesía siendo uno y saliendo siendo otro. Uno. Dos. Otro. Muchos. Salir al día, mirar por la mañana el sol y pisar la acera es, a su modo, un ejercicio literario. El escritor es alguien que de unos muebles hace un árbol, dejó escritoAnne Sexton.Hacer árboles. Igual nos atrevemos a ser dioses. A ver a quien le pesa. Alguien habrá. Seguro que será alguien de poco leer.