A Ana Asensio, que hace muchísimas cosas
Hoy, por enésima vez, he leído a un listo, a un suficiente, a un serio, criticar a un compañero porque aún está haciendo... lo que sea. El caso es que este compañero está haciendo cosas y el listo estirado no hace nada.
Cuando alguien hace cosas (un blog como este, tartas, sonetos, vídeos, acuarelas, solos de xilófono, punto de cruz, pantalones... ¿sigo? Millones de cosas) siempre se expone a que otro le critique. Sí: Quien hace algo lo expone a la opinión de terceros, e igual que está dispuesto a que lo elogien y feliciten ha de estarlo a que le examinen con alguna dureza. Eso está claro, y creo que todos los que hacemos cosas lo asumimos.
¿Punto de cruz? Pues punto de cruz.
Pero una cosa es que alguien critique tal cosa que has hecho o has escrito, y lo haga con argumentos, con ideas, con sugerencias... y otra es que te diga: "¿Pero aún estás con eso? ¿Pero sigues con esas cosas? Si eso ya está pasado, ya nadie lo hace". Y te deja fuera de juego y con la cara de gilí.
-¿Sigues con tu blog? Pero si los blogs ya han muerto.
-¿Lees libros todavía? Qué atrasado.
-¿Sigues cocinando con horno de gas? Pues vaya.
-¿Sonetos? ¿De verdad sonetos?
-¿Coleccionas sellos? Eres un crío. Un crío viejo.
-¿Acuarelas? Qué pequeñoburgués.
Ellos no hacen nada. Ellos están agazapados. Solo critican cualquier cosa que los demás hagan. Ellos nunca se equivocan, nunca se exponen.
Pues allá ellos. Que nadie ose negarnos el sagrado derecho (y placer) que tenemos de hacer cosas y, sobre todo, de hacer el gilipollas.
Bendito sea el punto de cruz, el horneado de bizcochos, el aeromodelismo, el submarinismo, el enredeo con el coche y el "manitismo" en general, la lectura, la escritura (sea de novelas, de sonetos o de dramas de honor), la ejecución (en todos los sentidos) de piezas musicales, el canto, el coleccionismo de chapas, de llaveros de talleres mecánicos o de posavasos, el senderismo... Hay millones de cosas por hacer y estamos en este mundo para hacerlas. ¿No se te dan bien ni te gustan chorrocientas mil? Pues dedícate a tres, o cuatro, o diez de las que sí. Porque algo tienes que hacer. Para ser persona tienes que volverte loca con alguna cosa. Tienes que entusiasmarte. La gente que no hace nada, que no se vuelca con algo, no sirve; solo está para estorbar.
La que fue pediatra de mis hijos era una doctora más que experimentada, seria, muy eficaz pero un tanto fría. Hablaba con mucha autoridad y era muy buena y atenta, pero seca y expeditiva. Ahora bien: Tenía su consulta llena, pero llena llena, de labores de petit point enmarcadas.
Algunas eran dibujos más o menos geométricos, otras eran flores o pájaros... todo ello dentro de un kitsch más bien simpático e inofensivo. Pero otras eran terroríficas.
Mi mujer y yo nos quedábamos boquiabiertos mirando esas cosas, esas enormidades, y llegamos a planteamos llevar a nuestros hijos a otro médico. Obviamente era una osadía ponerlos en manos de semejante... ¿psicópata? Pero tras pensarlo un poco decidimos seguir confiando en ella. Precisamente esas cosas tremendas en petit point eran las que nos la mostraban como una persona más... bueno, como una persona.
Esas cosas, incluso en un grado tan intenso y desaforado, son las que nos dan a todos calidad humana. Hacer cosas nos justifica, nos libera, nos perdona.
Cuando alguien (alguien que no hace nada) nos dice eso de: "¿Pero aún sigues con esas cosas?", no queda otra salida que contestarle: "Vaustéazurrirmierdas con un látigo", y seguir.
Repito: Si alguien nos dice que en tal cosa nos hemos equivocado, que tal otra no nos ha quedado bien o que en eso no hemos sabido transmitir lo que queríamos hemos de escucharle con gratitud e intentar mejorar. Pero si nos dice que por qué estamos aún con esas tonterías solo podemos mirar al frente y continuar.
Nunca os avergoncéis de hacer cosas. Las que sean. Intentad hacerlas cada vez mejor y, sobre todo, disfrutar cada vez más con ellas.
En cuanto al asunto tecnológico (este blog, pero también foros, webs, newsletters, papers...) hay un matiz añadido: Te dediques a lo que te dediques eso ya está anticuado y es una estupidez. Eso ya no lo sigue nadie y estás haciendo el idiota y perdiendo el tiempo con ello. Quien te dice eso ya sabemos que no hace nada, por supuesto, pero alega que no le interesa tu actividad (ni la de nadie) porque él está ya en... (tres pasos por delante de ti, y aquí podéis poner cualquier cosa incomprensible y que no hayáis oído en vuestra vida: Flower gronger spollicall, new beat full, plast roug, project project, awesome layers, flow-low, merenguil-floating...)
Te quedas como una comadreja bizca, con una vergüenza de viejo estúpido y con unas ganas de cerrar tu blog que para qué las prisas.
Pero tranquilo: Piensa que nunca vas a llegar. Cuando, tras un esfuerzo ímprobo, al fin te incorpores al flow-low ya se habrá pasado de moda y todos los guays estarán ya en short-cuts, y cuando saltes a short-cuts te dirán que dónde vas, payaso; que ahora hay que estar en hánder clánder. Y así todo el rato. Déjalo. No te sofoques. Yo que tú seguiría escribiendo plácidamente en el blog, o me quedaría leyendo, o metiendo pasteles en el horno, o haciendo petit point.
Porque hagas lo que hagas siempre habrá alguien, tumbado o muy repantigado, mirándote desde lejos y con mucha superioridad, que te dirá que estás perdiendo el tiempo, que ya nadie lee, que ya nadie escribe, que ya nadie toca el saxofón, que ya nadie arregla ropa, que ya nadie hace nada. Y nuestra obligación es darle la espalda y dejarle ahí pontificando, solo, sin hacerle ni puñetero caso porque estamos muy ocupados con tantas cosas que tenemos que hacer.