El mantenerse físicamente activa puede ayudar a las futuras mamás a ganar menos peso durante el embarazo – en promedio más de medio kilo – . Esta afirmación parte de los resultados obtenidos al analizar una docena de estudios que contaron con la colaboración de un millar de mujeres.
Los programas animaban a las mujeres a hacer ejercicio tres veces por semana, hasta una hora de ejercicios aeróbicos, correr, montar en bicicleta o para fortalecer los músculos, a partir del primer o segundo trimestre.
Cierto es que medio kilo tampoco es una cantidad muy considerable, y para muchas probablemente no sea un incentivo, pero hay que tener en cuenta que existen otras buenas razones añadidas.
Por ejemplo, muchas investigaciones demuestran que el ejercicio puede tener efectos positivos sobre el estado de ánimo y la sensibilidad a la insulina en las personas en general, y no parece tener efectos negativos sobre las mujeres durante el embarazo.
El caso contrario, es decir, el de las mujeres que aumentan demasiado de peso durante el embarazo corren el riesgo de una serie de problemas, entre los que se incluyen la diabetes, presión arterial alta, y complicaciones en el parto.
Un estudio reciente también descubrió que las mujeres que ganaron más peso durante el embarazo dieron a luz a bebés más pesados, y que a su vez tienen más probabilidades de convertirse en adultos obesos. Por si fuera poco, también pueden ser más propensos al cáncer, las alergias y el asma.
Tras analizar todos los estudios llegaron a la conclusión de que es más importante la dieta que hacer ejercicio durante el embarazo. De hecho lo ideal es una combinación de ambos: actividad física y asesoramiento dietético para evitar el aumento de peso excesivo.
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