Por Creando Redes y Paisaje Transversal
En el capítulo de Los Simpsons “Residuos titánicos”, Homer
se convierte en el responsable de la gestión de los residuos de Springfield. Para
solucionar los estragos de la irresponsable gestión política que lleva a la
ciudad a la bancarrota, permite que todas las ciudades del país viertan su basura
en una mina abandonada de Springfield. En poco tiempo la ciudad colapsa por la
gran cantidad de basura acumulada y, lejos de solucionar el problema generado,
el capítulo termina cuando trasladan Springfield a 8 kilómetros, ya que era imposible
seguir viviendo en el emplazamiento original.
Esta situación que creíamos que sólo podía darse en la ficción
Los Simpson, nos ha venido a la mente al ver que Indonesia construirá su nueva capital en Borneo porque Yakarta se está hundiendo a causade las inundaciones Esta noticia nos ha
hecho reflexionar sobre el colapso de las ciudades y si, de verdad, es posible
la transición a un modelo urbano más sostenible.
Las causas del
colapso
Entre las causas que han llevado al gobierno de Indonesia a
cambiar la ubicación de su capital están la superpoblación, pero sobre todo las
inundaciones que sufre Yakarta y que dificultan la operatividad de la ciudad. Detrás
de estas inundaciones, están los efectos del cambio climático que se manifiesta
con una acelerada subida del nivel del mar, dos veces más
rápida que la que afecta al resto de megaciudades costeras. Y es que el mar
sube, pero la ciudad también se hunde a causa de la sobre explotación de los
acuíferos. La cota de la ciudad desciende a razón de 15 a 20 cm al año debido a
que, al haber consumido casi todo el agua subterránea, el suelo se ha quedado
hueco y no aguanta más peso.
Ante estas situaciones, sorprende ver que el no se
plantea llevar a cabo ningún tipo de acción de mitigación o adaptación. La
mejor solución es llevarse a algo más de un 10% de la población de Yakarta a
esta nueva ciudad que costará más de 30 mil millones de dólares. Por no hablar
de los costes ambientales que va suponer este traslado. Porque el lugar elegido
es, nada más y nada menos, la isla de Borneo.
Efectos del cambio de
ubicación
La ubicación para la nueva ciudad es en una región poco
poblada de la zona oriental de Kalimantan (la parte indonesia de la Isla de
Borneo), entre dos ciudades bien establecidas. Por tanto, el cambio de
ubicación tendría como principal efecto positivo que la nueva capital tendría conexión
directa con un puerto y un aeropuerto internacional, sin necesidad de construir
estas infraestructuras de transporte de cero.
No obstante, también existen efectos negativos asociados a
esta nueva ciudad. El primero tiene que ver con que la propia ubicación colinda
con el parque nacional Bukit
Soeharto. Esta área protegida que fue creada en 2004, es un espacio natural
de alto valor ecológico y especialmente designado como lugar de investigación
de la flora y fauna de Borneo. En este espacio, habitan especies en peligro de
extinción como el orangután.
El cambio de uso del suelo que supone la urbanización de la
nueva capital contribuiría a acelerar la deforestación que ya se da en Borneo y
que amenaza a una gran parte de las especies de la isla, especialmente fuera de
los límites jurisdiccionales indonesios. Los efectos negativos de la
construcción de ciudades se expanden muchos kilómetros más allá del límite
urbano debido a la demanda de recursos que tienen las ciudades, así como a
las externalidades que se generan (emisiones, residuos, etc.). Las asociaciones
ecologistas locales e internacionales ya han avisado de esta nueva construcción
contribuirá significativamente a la degradación ambiental.
A los costes ecológicos cabe también añadir los costes
sociales de semejante decisión. Millones de personas forzadas a movilizarse de
sus hogares y barrios, con la consecuente rotura de lazos y comunidades que
puedan existir y la revalorización de los nuevos territorios como lugares en
los que (o entorno a los cuales) construir. ¿Estamos ante un proceso de gentrificación
climática?
Sin embargo, lo más alarmante del tema es, desde nuestro punto
de vista, la escasa capacidad de innovación que han mostrado los mandatarios
indonesios a la hora de afrontar el problema, que puede suponer un peligroso
precedente de cara al futuro. ¿Trasladar una ciudad de 10 millones de habitantes
a un enclave paradisíaco es lo mejor que pueden dar la política y el urbanismo?
Afortunadamente, no todos los dirigentes y urbanistas han
dado respuestas tan simples (y desafortunadas) ante los efectos de la actual
crisis climática. Sin ir más lejos ahí tenemos los ejemplos de Nueva Orleans y
la costa de Nueva York y New Jersey, de los que ya hemos hablado antes en este blog. En ellos el Gobierno Estadounidense hizo frente las consecuencias de los
huracanes Katrina y Sandy a través de una apuesta firme y decidida por la
resiliencia. Concretamente, a raíz de ambas catástrofes se convocaron dos
concursos internacionales de ideas de diseño urbano (Changing Course Competition y Rebuild by Design)
que tenían por objetivo dar una solución resiliente. Estos dos concursos y toda
la estrategia de mitigación previa abrieron un campo de experimentación sobre
el que consideramos debería basarse el futuro de Yakarta.
De esas dos experiencias junto a las nuestras y las de
nuestras compañeras de Creando Redes,
extraemos algunas claves sobre cómo las ciudades pueden afrontar los colapsos
urbanos asociados con la actual crisis climática.
3 claves “anticolapso”
para la transformación de ciudades
1. Planificación urbana
Las ciudades deben comenzar a pensar y planificar cómo se
van a adelantar, adaptar y mitigar los efectos del cambio climático. Para ello
necesitan comenzar a diseñar estrategias a largo plazo que incorporen acciones
de carácter urgente, ejecutables a corto plazo, y lo han de hacer desde una
perspectiva transversal que incluya factores físicos, ambientales, sociales y
económicos. Además, en este caso, será fundamental que el desarrollo de esta
planificación urbana integral esté guiado por los principios de la regeneración
urbana y la resiliencia.
Por
otra parte, no debemos diseñar las ciudades olvidando el entorno en el que se
encuentran, teniendo en cuenta las limitaciones espaciales, climáticas y los
ecosistemas del entorno. Si se diseñan ciudades “quitando todo lo natural” y
luego queriendo ponerlo, seremos poco eficientes y estaremos diseñando “en
contra de la naturaleza”. Por el contrario, es imprescindible diseñar “con la
naturaleza”, promoviendo procesos de naturalización e incorporando las
Soluciones Basadas en la Naturaleza (Nature Based Solutions), tal y como
estamos planteado en el desarrollo del proyecto H2020 Grow Green, del que somos
socios: un proyecto para naturalizar ciudades de forma colaborativa.
2. Infraestructura Verde
La planificación, conservación y restauración de la infraestructura
verde se plantea como una de las principales herramientas a nuestro alcance de
mitigación y adaptación al cambio climático.
Como ya hemos explicado en varias ocasiones, las acciones
orientadas al mantenimiento y creación de infraestructura verde debe
considerarse a través de las escalas: desde la nacional hasta la local. Esto
implica tener en cuenta no sólo cuestiones de diseño de acciones concretas como
la creación de zonas verdes, sino de valorar cuáles son los entornos naturales
previos a la construcción de la ciudad y cómo el diseño urbano puede ayudar a
preservar la calidad de hábitat de estos espacios, así como los flujos
ecológicos que existen en ellos. A este respecto es importante tener en cuenta la
conectividad
ecológica a la hora de planificar y diseñar la infraestructura verde urbana.
A una escala más local, la infraestructura verde urbana
puede aterrizarse a través de acciones concretas como las ya mencionadas soluciones
basadas en la naturaleza, que pueden ser diseñadas en colaboración con la
sociedad lo que favorece una mayor aceptación y éxito de las inversiones.
3. Nueva gobernanza urbana
Hacer frente al
colapso de las ciudades requiere de una nueva gobernanza multinivel.
Esto supone que las estrategias y proyectos que se vayan a diseñar e
implementar deben de trabajarse desde la colaboración de múltiples actores
urbanos, pertenecientes a diversas escalas. Si bien las administraciones
locales y ayuntamientos han de jugar un papel destacado, no pueden afrontar
solas los efectos del cambio climático. Por eso es necesario una integración
vertical de todas las entidades e instituciones: partiendo de la base social e incorporando
a la población a través de procesos de participación ciudadana, hasta alcanzar
los órganos admirativos estatales y supramunicipales.
Hemos llegado a un momento en el que la realidad ha superado
con creces las distopías urbanas provenientes de la ficción. Y para hacer
frente a este panorama nada halagüeño es imprescindible que las ciudades
incorporen estas claves y comiencen a impulsar una auténtica innovación urbana.
Solo así podremos tener alguna oportunidad para evitar el colapso urbano al que
nos dirigimos irremediablemente.
* Este artículo ha sido escrito en colaboración con nuestras compañeras Creando Redes, empresa Restauración Ecológica especializada en Infraestructura Verde y recuperación de ecosistemas
Imágenes:
Imagen 1: Yakarta (fuente: Stely Lam)
Imagen 2: Orangutanes en la selva de Kalimantan (fuente: Jorge Franganillo)
Imagen 3: Jardín Acuático Mirabeau. Una de las piezas centrales del Distrito de Resiliencia Gentilly de Nueva Olrdean vinculados a las actuaciones decreará el de 25 acres para filtrar las aguas pluviales y al mismo tiempo brindar un espacio de calidad para la recreación y la educación (fuente: New Orleans Redevelopment Authority)
Imagen 4: Propuesta de intervención para el rediseño los espacio públicos del barrio Benicalap asociado al proyecto GrowGreen (fuente: Paisaje Transversal)
Revista Arquitectura
Hacer frente al colapso de las megaciudades en la era de las ciudades sostenibles*
Por Paisajetransversal @paistransversalSus últimos artículos
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