Revista Comunicación

Hacer más

Publicado el 12 febrero 2016 por Lya
Hay semanas en las que el trabajo es tan intenso que ni tiempo para nada más. Me decía hace un rato Marycheivis que querría hacer más cosas, que tiene la sensación de que no hace suficiente. Pues no te diré yo, que me entero de noticias de relevancia días después. Y trabajo en un medio de comunicación, que es lo más grave. 
Debería estudiar, debería seguir con el inglés, debería ir al gimnasio... Luego miro mis horarios y mi día a día y me digo que es mejor que deje de soñar. Podría hacer más, pero hay que dormir... Al menos, eso sí, me lo paso muy bien en el trabajo, me gusta lo que hago y cada vez me encuentro más cómoda. No fue sencilla la adaptación y ahora, con la distancia, veo el camino transitado y me doy cuenta de lo complicado que ha sido, de los errores que cometí, pero también celebro los avances. 
Tampoco es fácil hacer lo que hago y no dejarse llevar. Esta semana, por primera vez, me he enfadado de verdad, con gente que a lo mejor no tiene culpa, que hace su trabajo como yo hago el mío, con la diferencia de que la vida nos ha situado en bandos distintos. Pero es que me pueden y me superan las injusticias, los desmanes, los yo-no-he-sido. Y me puede más que me intenten tomar por tonta. 
Total, que nos quedaremos con los paseos bajo la lluvia en la city y con las risas, que es lo que, al final, importa. Una de los aspectos buenos de cumplir años es que aprendes a quitarte presión de encima. Aprendes a decir no. Aprendes a no regar jardines que no son tuyos (Marycheivis otra vez). Yo, al menos, estoy aprendiendo y está muy bien. Hay que soltar lastre, amigos. 
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