Hay mucha gente que odia las reformas. Vivir en el mismo sitio donde están reformando el baño, poniendo el suelo, cambiando las ventanas, etc. puede ser algo complicado según el sea el tamaño de la vivienda y la época del año (y no entro en el presupuesto disponible). A todos ellos les diré que igual que para lucir hay que sufrir, para tener la casa más bonita, mejor aislada o más confortable, también tenemos que sufrir un poquito, pero la recompensa es tan grande, que es mejor vencer esa pereza y ponerse a ello.
En este piso construido en 1942, hacen las reformas poco a poco. Parece que de momento el salón y el cuarto de baño han sido los beneficiados en los últimos años, pero en la cocina y el dormitorio lo harán más tarde. Podéis ver la diferencia en el suelo, nuevo de roble en el del salón y el de las otras habitaciones más viejo, que sólo ha sido lijado y blanqueado, una solución mucho más barata.
¿Reformamos un poco en casa? ;) ¡Feliz martes!


















Vía: Lundin
