Todos tenemos siempre la secreta esperanza de acumular una enorme riqueza, y llegar a ese lugar que tan pocos han conseguid: ser nominados entre los "ricos y famosos".
Ganar mucho dinero, sin hacer nada, o haciendo muy poco, está íntimamente relacionado con ese deseo universal de disfrutar todos los placeres que puede dar la riqueza y el poder que éste trae consigo.
Por lo general, soñamos despiertos y nos vemos tendidos en una bella playa del Caribe, en hamacas bajo el sol, rodeado de hermosos seres angelicales que atienden todos nuestros deseos.
Es la imagen de un cielo idílico, en este valle de tremendas realidades en que estamos metidos.
Es una de las razones por la cual se vende tanto la lotería, o que existan tantos personajes soñando con ocupar posiciones en el gobierno, llegar a ser alcalde, diputado o senador y naturalmente haciendo cualquier cosa por alcanzarlo.
Por esa misma razón, cuando recibimos un e-mail que nos dice que podemos hacernos ricos, trabajando desde nuestras casas, como le pasó al matrimonio Fulano de Tal, de inmediato el tema nos interesa.
Dejamos cualquier otra cosa que hacemos, para investigar la forma en que podremos librarnos del yugo al que estamos amarrados.
En especial esto atrae sobremanera, cuando se está metido en uno de los cien cubículos de un metro por un metro, frente al monitor de una PC, entrando aburridos e interminables datos ocho o más horas al día.
Adicional a este suplicio tenemos diariamente que levantarnos de madrugada, transitar por unas avenidas terriblemente congestionadas, parquear el carro a ocho cuadras de distancia de la oficina donde trabajamos.
Y falta lo peor: volver a la casa, por donde mismo vinimos, con las calles quizás más congestionadas por efecto de la lluvia y la oscuridad.
El e-mail trae una atractiva foto de la playa ideal del Caribe, que bien puede ser Montego Bay, en Jamaica, donde filman películas de James Bond. Playas de tibias aguas inmensamente azuladas, blanquísimas arenas y palmeras ondulantes.
La asociación de ideas es instantánea y entramos a ser parte de la película y nos identificamos totalmente con el personaje.
Nos vemos diciéndole a una bella chica: "My name is Machuca. James Machuca".
Estamos listos para el siguiente paso.
Nos adentramos en el Ciberspacio para descubrir cual es la forma de llegar a ser rico fumar habanos Montecristo, beber Champagne Francés, conducir un Ferrari, tener un Yate y otras bagatelas similares.
En la primera página Web nos piden ingresar los datos. Los damos con todo detalle, porque queremos seguir conociendo el secreto de hacerse rico.
En la segunda página, que se despliega eternamente como un pergamino, nos dan detalles de los montos que podemos ganar. Sacamos las cuentas y es como 100 veces más lo que estamos ganando.
Si tan solo fuera la décima parte pensamos, aún sería maravilloso.
Luego de leer tres o cuatro páginas adicionales, con textos interminables, llegamos a otra en que nuevamente tenemos que ingresar los datos, esta vez más completos, para conseguir un folleto en el cual nos dirán la forma de trabajar desde la casa y retirarnos solo tres años.
Ahora, viene un lapso de espera, en el cual se supone que de una forma u otra nos están calificando y revisan nuestros datos.
Luego nos llega un e-mail de Juancito de Colombia, que nos pide que confirmemos nuestra inscripción presionando en un enlace y nos aparece una pantalla que nos informa que tenemos que seguir esperando.
Nuestro nivel de excitación aumenta a niveles extremos. Seguimos soñando con las playas de Caribe, especialmente si estamos en lugares muy fríos, y esperamos.
Nos preguntamos, de vez en cuando, para qué será todo este tiempo de espera al que nos someten.
A todo esto han pasado tres días y la emoción inicial se ha ido perdiendo. Estamos metidos en muchas cosas diferentes y ya nos hemos olvidado de cómo hacernos ricos trabajando desde casa.
Al quinto día tenemos en nuestro correo un archivo ejecutable de 360K, estilo libro electrónico, con el tan comentado paquete informativo.
Naturalmente dudamos bajarlo, porque siendo un ejecutable puede venir con simpáticos virus.
Pero, como utilizamos la versión actualizada, hace solamente un día atrás de AVG Antivirus, nos decidimos bajar el archivo y revisarlo.
Al abrirlo nos encontramos con una repetición de los mismos interminables argumentos para convencernos de algo que todavía no entendemos.
Nos piden en el "paquete informativo" que veamos el video.
A estas alturas me parece que esta gente de "WorkAtHome" o "Trabajedesdecasa", están exagerando las argumentaciones de venta y no están haciendo el cierre o remate de la venta.
De todos modos, ante un proceso tan largo de venta, tan poco claro, tan argumentativo e interminablemente repetitivo, lo único que queda pensar es que es otro "fraude", de los que estamos acostumbrados en la Red, y que a la larga terminan tratando de sacarnos una suma de dinero para enviarnos el "secreto" de hacernos ricos; o nos terminan llegando incontables correos basura (spam), porque vendieron nuestra dirección de e-mail a los que las envasan en CDs, para venderlas.
¿Cuánto hay de verdad en lo que dicen?
En el caso concreto de las ofertas en que podemos hacernos ricos fácilmente, existe mucha fantasía y poco de realidad. Por lo general, se trata de rellenar cartuchos de tinta, enviar e-mails o algo similar, por lo cual pagan algunos centavos de dólar. Pero, para ganar millones se necesario rellenar millones de cartuchos de tinta o enviar millones de e-mails, sin que reconozcan gastos.
De verdad el dinero no es fácil de ganar, sin que se trabaje mucho. Las cifras son poco alentadoras, ya que solamente un mínimo porcentaje de personas logra hacerse rico, incluso trabajando mucho.
De todos modos, es divertido, cuando se toma en forma liviana recibir estas ofertas, que nos permiten soñar un poco. Aunque son bastante sarcásticas cuando se piensa en los tremendos niveles de subempleo y desempleo que existe en nuestros países.
Por: Jorge E. Pereira