En marzo de 1935, se capturó esta conmovedora imagen de Hachiko, el leal Akita Inu japonés, tomada poco antes de su fallecimiento. La fotografía representa el final de una historia de devoción y fidelidad que ha conmovido al mundo.
Hachiko se hizo famoso por esperar cada día a su dueño, el profesor Hidesaburo Ueno, frente a la estación de tren de Shibuya en Tokio, incluso después de su muerte en 1925. Durante casi una década, Hachiko regresó día tras día, al mismo lugar, esperando el regreso de su amado amo.
La historia de Hachiko ha inspirado libros, películas y monumentos en todo el mundo, convirtiéndose en un símbolo de lealtad inquebrantable y amor incondicional. Esta última fotografía captura la serenidad y la dignidad de un perro que nunca perdió la esperanza, incluso en los momentos finales de su vida.
Hoy, la estatua de bronce de Hachiko es un lugar de encuentro icónico y un recordatorio perdurable del poder del vínculo entre humanos y animales.