Quisiera dejar de lado lo que pienso
y hacer caso sólo a lo que siento.
En ocasiones sobran las palabras
si decides escucharte desde dentro.
Puedes soñar con tocar el cielo
manteniendo los pies en el suelo.
Que deje de importar lo que hay fuera
y que comienzes a escucharte desde dentro.
Cómo empezar sin un principio, ni yo sé por qué comienzo
Soy un lienzo en blanco esperando el trazo perfecto.
Y quizá esperar fue mi defecto,
tal vez esperar la perfección y no
ver mis defectos desde un buen comienzo.
Me dijeron que la paciencia
es la madre de cualquier ciencia.
Pero me senté en una estación el tren marchó y cerró la puerta,
dejando una herida abierta el tren jamás pasó de vuelta.
Nunca logré encajar en este gran rompecabezas.
Ni respirar entre tantos aires de grandeza.
Soy la pieza del puzzle, que jamás terminaste
y siempre estuve aquí debajo del sofá que no limpiaste.
Pero tuve que vivir entre la mugre para ver que me manchaba,
herirme para saber que sangraba.
Explicar un sentimiento es como entender la
poesía, tú tienes tu metafora y yo… tengo la mía.
Dime lo que sientes cuando le hablas al espejo
y maquillas tus palabras mintiéndole a tu reflejo.
Crecemos construyendo pisos de falso optimismo,
lo triste es que los cimientos siguen siendo los mismos.
¿Eres feliz, o sólo finges tu sonrisa?
Tan indecisa, abstracta igual que Mona Lisa.
Yo preferí escaparme y vivir en mi mundo aparte,
ser la oreja de Van Gogh sangrando por amor al arte.
Me siento vivo porque descubrí que el viento no
se lleva una palabra cuando pesa un sentimiento.
No hay medio lleno, lo del vaso es un invento.
Cualquier lágrima desborda si se llora desde dentro.
El cien por cien nunca lo he tenido entero,
tuve el uno pero quise ser sin-cero.
El tren de la felicidad no pasa donde espero
pero no rompo el billete porque el tiempo es pasajero, ¿no?
No saldrá el sol pero sí la luna llena.
Nada que venga fácil podrá merecer la pena.
Lo mejor de ser desierto es que el tiempo se vuelve arena
y que después de mil infiernos no cualquier demonio quema.
Llámame presente casa vez que me recuerdes
o pasado cuando esté frente al ayer.
Llámame esperanza y seré el último que pierdes
que si me llamas karma seré el último en volver
y entender porque dicen que errar es de humanos
si con tal de no fallarme, me auto-proclamé marciano.
Desde el día en que nacemos, sin decir ya nos lloramos
mas sabemos de dónde venimos no hacia dónde vamos.
Pierdo el aliento y rejuvenezco en un suspiro
aunque el espejo me haga viejo si lo miro.
Busco coserme a tus alas para volar más que
un tiro aunque matemos a dos pájaros de un giro.
Quisiera dejar de lado lo que pienso
y hacer caso sólo a lo que siento.
En ocasiones sobran las palabras
si decides escucharte desde dentro.
Puedes soñar con tocar el cielo
manteniendo los pies en el suelo.
Que deje de importar lo que hay fuera
y que comienzes a escucharte desde dentro.