Es ciento que en España, la industria editorial mueve anualmente más de 3.000 millones de euros, un 0,7% del PIB y da empleo, directo e indirecto, a más de 30.000 personas, pero la ayuda oficial es poca considerando que el libro es la principal industria cultural de España que aporta dinero al Estado y solo recibe migajas, cuando no el desprecio del propio Gobierno.
Pero el sector sigue cambiando cada día, entre las claves para adaptarse a esta época convulsa del Ebook y las crisis están:
Se han reducido en todos los campos, desde el empresarial hasta el catálogo de libros, diversificado la oferta, mejorado el acabado del libro, moderado en la compra de derechos y haber ampliado el territorio donde América Latina ya no es un horizonte sino que empieza a ser parte de su ecosistema natural. Pero hay una gran amenaza latente, y anterior a todas las posibles plagas (pirateo, descargas ilegales...) : la falta de creación de verdaderos lectores.
Nadie se ha acordado de lo verdaderamente importante crear las bases para formar amantes reales de la lectura, lectores fieles que disfruten de la pasión de leer un libro, en vez de estar conectados a un juego online, o desgastandose el dedo sobre la pantalla del último smartphone. Es difícil, por otra parte, crear nuevos lectores si las bibliotecas no adquieren nuevos libros y el precio de los ebooks no se baja.
Otra cuestión a considerar es que la esperada reforma de la Ley de Propiedad Intelectual, que empieza este mes, ayude a cerrar páginas de enlace y a combatir, “de verdad, la piratería”.