Revista Coaching

Hacia el Paraíso 2.0: de la acritud a la actitud

Por El Blog De David Fernández Ojeda @alejandrodavidf

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La relevancia de las redes sociales en el mundo actual es un hecho más que evidente, sin embargo, como bien supones, no siempre se hace un uso debido de éstas y, del mismo modo que abre puertas a empresas y profesionales, a empleados y desempleados y a un sinfín de colectivos, no menos cierto es que también les puede cerrar puertas.

Hacia el Paraíso 2.0: de la acritud a la actitud

Fuente imagen: kappboom


Existe una máxima en los denominados entornos 2.0 pues, siendo éstos aglomerados virtuales de relaciones personales, se apoyan en unas normas básicas de socialización que da poco margen de maniobra a la interpretación y, aún menos, a la imaginación. De hecho, como decía el autodefinido “Fontanero de la Comunicación” (Gorka Z.), los principios fundamentales para la reciprocidad en la red son simplicidad, cercanía, confianza, transparencia y asequibilidad (aunque yo, si se me permite, haría mención a una más… Muy importante).
Simplicidad para poder detectar el mensaje, Cercaníaen el trato para ganarte el siguiente, tal como la Confianza, Transparenciapara ser reconocido en las buenas prácticas y Asequibilidad para estar al alcance de todos.
Si eres adepto de estos entornos moviéndote en la consideración de Social media y te gusta apoyarte en  redes como Linkedin, Twitter, Facebook, entre otras,  o necesitas absorber información y motivación adicional a través de webs corporativas y blogs, debes tener muy presente una máxima: LA ACTITUD, que yo, particularmente, es la que he decidido añadir a las anteriores.
Al decir “actitud”, me refiero a mantener un estándar de empatía y educación ante el resto de usuarios, a compartir y comentar contenidos con el único fin de difundir y plantear debates enriquecedores para la red. Esto crea un ambiente de colaboración y apoyo, en algunos casos incondicional, entre usuarios.
En relación a los contenidos, se pueden distinguir distintos roles a los que las normas anteriores deben ser de obligado cumplimiento:
· Creador… Actualizaciones en sites corporativos y, muy especialmente, los post y comentarios de los bloggeros.
· Recopilador…  Consumen contenidos ajenos, generalmente a través de lectores RSS.
· Crítico… Limitan su participación en espacios 2.0 y las redes sociales haciendo comentarios sobre los contenidos de otros.
· Activador… Centran su actividad en las redes sociales a través de espontáneos comentarios online.
· Espectador… Se limitan a consumir contenidos ajenos pero, a diferencia de ellos, no mantienen ninguna reciprocidad con aportaciones de ningún tipo.
· Inactivo… Aquél que tiene creado perfil pero, en ningún caso, hace uso de él.
  

Es por eso que todo usuario y, sobre todo, el Social media debe ser considerado un relaciones públicas en toda regla y, por tanto, una persona equilibrada en sus reflexiones y en sus expresiones; es un ser comedido y, al mismo tiempo se le permite ser transgresor si desea crear su propia marca personal, su propio estilo. Y hay tantos estilos y formas como usuarios pues no hay normas para la elección del tema o del grafismo siempre que se mueva en la línea del respeto y la consideración, aunque éstos en ocasiones deseen aportar unas determinadas dosis de humor o de “segundas intencionalidades”.
Siempre se ha dicho que todos llevamos una “bestia” dentro, que a solas y frente al teclado de un ordenador o un Smartphone, seríamos capaces de abordar asuntos que en nuestra vida cotidiana, quizás, no seríamos capaces de tratar. Pues bien, esa bestia no debe salir a la luz, salvo si potencia la creatividad y el desarrollo del debate, siempre que se no se abandonen las normas básicas establecidas pero, en ningún caso, debe aparecer  para insultar, agredir, o mostrar acritud a comentarios o publicaciones ajenos pues el respeto es la norma básica de toda comunicación, con independencia del canal utilizado.
Como ves, ya no basta con contar con una buena redacción, una impecable ortografía y capacidad de para expresarse a través del teclado, hace falta algo más para no perder prestigio y credibilidad. No estar de acuerdo con lo que se lee no da derecho a incurrir en malas prácticas y, aún menos, a acometer contra otros usuarios.
Demasiado tenemos con otros medios… ¿Acaso no has sentido vergüenza ajena cuando has presenciado en TV los bochornosos espectáculos de diputados o congresistas de determinados países “partiéndose” literalmente las caras?. ¿O no has cambiado de canal alguna vez cuando la denominada telebasura emite disputas en plató con peleas incluidas?.
Pues, a diferencia de la TV o la radio, que suelen ir acompañados de un denominador común con su carácter fugaz (salvo que lo repitan una y otra vez, como ocurre en algunas ocasiones), los blogs y las páginas webs perpetúan su contenido para los restos y, si no se elimina, llegan a ser “eternos”. Esta circunstancia nos podrá perjudicar en un futuro si no se remedia por lo que debemos ser extremadamente cuidadosos con nuestras aportaciones y evitar caer en la tentación de descubrir nuestro alter ego, esa bestia que se dice que llevamos dentro”.
Quizás, entonces, debiéramos aportar mayor relevancia a esta máxima en el mundo virtual para poder merecernos entrar en el “Paraíso 2.0”.


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