Entrevista realizada a referente de la CTA.
- Nuestra CTA es parte de un proceso de articulación continental de movimientos sociales que tiene un carácter antiimperialista, antineoliberal, antipatriarcal y anticapitalista y que lucha por la igualdad, la libertad, construyendo un proyecto de emancipación de nuestros pueblos. Venimos acompañando el proceso desde sus inicios y fundamentalmente, el año 2009, donde fuimos parte de la construcción de un documento político que es la Carta de Belén, donde manifestamos la necesidad de construir integración de los pueblos, desde abajo, impulsando el proyecto del ALBA y la solidaridad entre los pueblos. Este proceso tuvo su primera Asamblea Continental del 16 al 20 de mayo, en la escuela Florestan Fernandez, del Movimiento Sin Tierra de Brasil, donde participamos 152 delegados de 21 países. Esta asamblea estuvo estructurada en base a construir los ejes de nuestro proyecto de integración popular frente a la crisis mundial del capitalismo desatada en el 2008 y frente a las estrategias del capital y del imperialismo en nuestro continente. También poniendo en común nuestras luchas en clave de mejorar las formas de acumulación de las fuerzas del campo popular de resistencia y de ofensiva, construyendo una plataforma alternativa. En ese sentido, transitamos tanto a nivel nacional, como a nivel continental, la necesidad en este tiempo de construir una nueva orgánica que nos dé las mejores herramientas organizativas para la movilización y la solidaridad, en un proceso de construcción general de unidad en la diversidad; para lo cual hay diversas instancias, una es la asamblea continental, dos las plenarias, los capítulos nacionales, encuentros de trabajo de las comisiones de comunicación, formación y de la coordinación política recientemente elegida en nuestro país.
-¿Qué tipo de acciones impulsan?
- Una de las iniciativas en Argentina es la construcción de una campaña nacional de “Argentina al ALBA” y, también, tenemos ejes comunes en la lucha continental contra las empresas trasnacionales y el capital financiero, la lucha por los bienes comunes, la lucha contra la militarización, contra la criminalización de la protesta y la solidaridad entre los pueblos. En ese sentido, difundimos y promovemos líneas de acción frente al neo-golpismo, contra los golpes sucedidos en Honduras, Paraguay, Haití; los intentos de desestabilización en la Venezuela Bolivariana, en la Bolivia de Evo, en defensa de la revolución cubana, de solidaridad con las luchas sociales del pueblo colombiano, en la construcción de una agenda de paz que lleva más de 50 años, entre otros. En este sentido, el capítulo argentino trabaja sobre cuatro ejes fundamentales: movilización, solidaridad, comunicación y formación.
-¿Cómo se viene dando la organización de los sindicatos que componen el ALBA?
- En el marco de la I Asamblea Continental y Fundacional se dio una reunión sectorial del sindicalismo donde participó la Central de Trabajadores de Cuba, trabajadores eléctricos y petroleros de Venezuela, sindicalistas de Brasil, de Ecuador, de la Nueva Organización Sindical y Campesina de Bolivia, de la Central Sandinista de Trabajadores José Benito Escobar de Nicaragua (CST-JBE), de Chile, de México, petroleros de Curaçao y de la Central de Trabajadores de la Argentina, entre otros. La clase obrera tiene un rol fundamental en la articulación del sujeto de los y las trabajadores y trabajadoras frente a la fragmentación, junto a los sectores urbanos, en la construcción de un sujeto diverso y plural junto a la lucha de los movimientos campesinos, indígenas, afrodescendientes, estudiantiles, etcétera. El capitalismo ha querido que la crisis la paguen los trabajadores, en ese sentido, dar una respuesta junto desde el conjunto de la clase nos pone frente a un debate del rol que debe ocupar el movimiento sindical en esta plataforma, profundizar los debates al seno de nuestra Central, como lo definiéramos en el camino de la Constituyente Social en la Argentina, en nuestra línea de integración donde uno de los pilares centrales es la construcción del alba como proyecto estratégico. Poner en cuestión el mundo del trabajo y la explotación del capital en estos tiempos puede ser en el marco de esta plataforma una aporte revolucionario frente a los dos grandes bloques que se disputan nuestro continente. Un primer bloque, con la hegemonía de Estados Unidos con aliados como Colombia, Chile, México, Canadá, entre otros países; que como propuesta nos presentan el ALCA y los tratados de Libre Comercio. Un segundo bloque de países como Argentina, Uruguay, Brasil, entre otros, que tiene contradicciones con el imperio, que defiende una especie de integración latinoamericana pero donde, finalmente, termina privilegiando las alianzas con las burguesías locales y no ayudan a resolver las cuestiones estructurales. Nosotros, en el marco del ALBA de los movimientos, en un tercer bloque, proyecto que más allá de los acuerdos comerciales entre gobiernos o estados, que transitamos y construimos una política que tiene como perspectiva una integración latinoamericana entre nuestros pueblos, pueblos que tienen las mismas experiencias, las mismas formaciones socioculturales, en un esquema de integración popular, de unidad latinoamericana para derrotar a las empresas transnacionales y al imperialismo en un horizonte hacia el socialismo. Como parte de ese debate del movimiento sindical, este sábado 14 de Septiembre a partir de las 15 horas, se realizará, en ATE Capital, una charla - debate del Capítulo Argentina donde nuestra Central esta llamada a ser un aporte sobre el rol de la clase trabajadora frente a los desafíos de la crisis actual en la coyuntura latinoamericana y en nuestro país.
-¿De qué manera considera que la muerte de Chávez afectó la fortaleza del ALBA?
- Creo que de una manera muy acertada lo expresó el compañero Carlos Chile, secretario general de la CTA Capital, en el homenaje a Hugo Chávez durante el Congreso Nacional de la CTA de este año: “Lo tenemos presente que nunca, cuando pensamos en Chávez, pensamos en sus tareas, Chávez era un estratega un militar, un hombre formado en otro ejército, no en un ejército patricio destinado a sostener los intereses de la oligarquía, sino el ejército de Simón Bolívar donde sus oficiales son indios y campesinos pobres y ese ejército en su interior generó un cuadro revolucionario que separó las tareas y cuando yo leía las tareas de Chávez decía esta la constituyente Social. Chávez no le hablaba a Venezuela, le hablaba al continente. Chávez era capaz de plantear la necesidad de una revolución que debería tener en el centro una revolución moral y ética, una revolución que podía contactar, que podía unir, que podía sintetizar lo mejor del cristianismo o lo mejor de la teoría marxista”. La impronta que le ha dado Chávez al ALBA ha sido de vital importancia para que centenares de movimientos y organizaciones nos reuniéramos en torno a la Carta de Belén. Él fue quien nos manifestara en una reunión en Caracas, donde participaron Víctor de Gennaro y Néstor Jeifetz (que representaban a esta Central), la necesidad de que los trabajadores asumamos un rol protagónico y construyéramos una movilización de decenas de miles en la triple frontera, que hoy es una deuda pendiente y estamos construyendo ese desafío. Como dice la canción El regreso del amigo: “En la despedida del amigo queda un adiós detenido, pena convertida en gloria, amanecer extendido; la ternura de este amigo es la luz desparramada, seguiremos el camino del amigo junto al alba; para la partida de un amigo que nos devolvió la risa, no hay adiós definitivo, ni finales de cenizas”.
-¿Considera que hay un agrupamiento de la derecha a nivel continental que se da a través del Acuerdo del Pacífico?
- El acuerdo de la Alianza del Pacífico es definitivamente un agrupamiento de la derecha a nivel continental pero lo cierto también, es que asistieron a esa cumbre observadores como España, entre otros; además de incorporar a Costa Rica, Panamá, Canadá y paralelamente la sorpresiva propuesta de Colombia de la solicitud de la incorporación a la OTAN. Los antecedentes de los proyectos del área de Libre Comercio para las Américas (ALCA) ha sido por excelencia el proyecto recolonizador que responde a los intereses del neoliberalismo de este siglo. La Alianza del Pacífico se presenta con una nueva dinámica para reconstruir la política de exclusión de los años ’90 y la tragedia social, política y económica que han dejado. Así, pues, nosotros consideramos que las alternativas de integración debieren estar en una mirada de unidad en el marco de la CELAC, también de la UNASUR, del MERCOSUR, y desde ya la propuesta del ALBA. En esa perspectiva, nuestro horizonte y nuestro camino es el de mayor unidad de integración desde los trabajadores y los pueblos.
-Ecuador, uno de los países que pertenece al ALBA, denunció ante todos los organismos internacionales el genocidio económico que cometió Chevron en esa nación. ¿Qué cooperación cabe con ese país en el repudio a la presencia de la compañía norteamericana en Argentina?
- Una de las líneas de acción continentales es proponer que el gobierno de Ecuador y de los países del ALBA, incorporen la representación de todos los movimientos sociales, de todos países de América, en el proceso de observatorio continental de las empresas transnacionales, recién constituido. Por eso esta plataforma tiene sentido si somos capaces de articular las luchas de masas continentales en jornadas articuladas para enfrentar un enemigo común como Chevron y las empresas trasnacionales y el capital financiero.
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