Revista Cultura y Ocio
Soy un fracaso profetizado capaz de resistir, un enfermo desahuciado manteniendo el tipo, una promesa rota con atisbos de redención. Nadie daba un duro por mí y yo el primero. Soy una anomalía, una aberrante abstracción, una apuesta perdida que sigue vigente. La basura se niega a sucumbir en el estercolero. Y la muerte se desespera esperándome. Era un objetivo tan obvio y frágil que no se esperaba tanta resistencia. Deteriorado y maltrecho, sigo escapando, subsistiendo, torciendo lo irremediable. Soy lo que no he debido ser, un insistente error, una falla en la perfección. No es explicable, ni para mí. En algún lugar los ángeles tiran la toalla y los demonios ríen. Yo, confuso y perdido, hago equilibrios en el desastre, sin saber como he llegado aquí. Tengo más de lo que nunca pensé merecer, más de lo que nunca pensé alcanzar. Soy anómalo. Vine para huir y siempre pensé que mi futuro duraría lo que dura un instante. Soy el más sorprendido al superar mis expectativas con tantas incapacidades, con tanta innata estupidez. La única explicación que encuentro es que, son los demás los que me han salvado del desastre que debí cumplir.