La película transcurre en los momentos previos a la II Guerra Mundial y su argumento se centra en como Bertie (Colin Firth), el Duque de York e hijo menor del rey Jorge V de Inglaterra, es incapaz de superar sus problemas de dicción, lo cual le impide no solo expresarse adecuadamente, sino intervenir en actos públicos con ciertas garantías de no hacer el ridículo. Afortunadamente, es el segundo sucesor de la corona después de su hermano David (Guy Pearce). A pesar de ello, con el apoyo de su mujer (Helena Bonham Carter), intenta encontrar un especialista que le ayude a superar su problema. Cada nuevo intento es igual de fallido que el anterior y provoca una frustración creciente en el Duque. Cuando ya había decidido desistir de su propósito, un día su esposa da con Lionel (Geoffrey Rush), un especialista en dicción nada convencional…
¿Por qué resulta una película tan distante si trata sobre temas que deberíamos sentir tan cercanos?
El problema tiene dos explicaciones de muy distinta índole. Por un lado, la propia naturaleza de Bertie, miembro de la realeza, implica unas distancias difícilmente franqueables por parte de Lionel que, ajeno a la condición de su nuevo cliente, intenta evitarlas llevándole a su terreno y obligándole a respetar sus propias reglas. Buen intento, aunque no es trasladado a la pantalla de una manera suficientemente incisiva como para provocar un considerable calado emocional en el espectador.
El segundo problema radica en el excesivo respeto que Hooper profesa a su personaje protagonista; no acaba de darle el espacio necesario para expresarse libremente, excepto en aquellas secuencias en que Lionel y Bertie alcanzan el grado de intimidad necesario y disponen del tiempo suficiente como para poder cimentar esa amistad que el guión intenta desarrollar de una manera creíble.
A pesar de todo, “El Discurso del Rey” es una película emocionante, que trata sobre sentimientos humanos, como la amistad y la autoestima, y lo hace con gran sensibilidad. También aborda, colateralmente, las diferencias entre personas pertenecientes a distintos estratos sociales, tales como su vida familiar, su vida social, etcétera. Hooper realiza una buena faena, aunque no acaba de rematarla.
ARTÍCULO FIRMADO POR JOSÉ RODRÍGUEZ
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