‘Hackers éticos’, los piratas del bien

En Mendoza, un grupo de expertos en computadoras se proclama de esta manera. Se dedican a proteger la información almacenada en PC y redes, detectando vulnerabilidades para evitar que se infecten con virus o sean hackeadas.

Cuando uno menciona la palabra hackeo, en lo primero que se piensa es en piratería, en robos cibernéticos y otras cuestiones por el estilo siempre realizadas bajo el mas estricto de los secretos. Sin embargo, hay gente que admite ser hacker pero con una variante, ya que sostienen la bandera de la ética.

Uno de ellos es Danilo Vezzoni (22), quien trabaja en la empresa Belatrix en el sector de aseguramiento de la calidad de Software. Además, es administrador de una comunidad abierta de seguridad informática formada por personas autodidactas y llamada Underc0de (con un ‘0’ en lugar de la ‘o’)

“Estudiamos diversas vulnerabilidades, ataques hacia sistemas informáticos, además apoyamos y defendemos a la ética hacker”, explicó Danilo especificando que la palabra hacker se utiliza, con precisión, para referirse a una persona experta en el área de la seguridad informática.

“Estos conocimientos pueden ser utilizados para actos ilegales o para defender o colaborar con la seguridad de sistemas informáticos. Estos comportamientos dan origen a la clasificación de los hackers según su moral”, continuó.

Como ya es sabido, en los últimos años los temas relacionados a la seguridad informática comenzaron a extenderse a otras áreas; tanto es así que superaron la barrera de la computación misma, elevando su horizonte de responsabilidad, y de esta forma se constituyeron en un nuevo concepto llamado ‘seguridad de la información’.

“Esto se debe a que la información va mas allá de los equipos informáticos, es decir, también abarca a las personas, que suelen ser el eslabón más débil debido a que se las puede engañar y manipular con mayor facilidad y así obtener información sensible de un sistema (lo que llamamos ingeniería social). Puede decirse que esta ingeniería social es la base del hacking”, destacó Vezzoni.

Para explicarlo mejor, este ‘hacker ético’ mendocino citó un ejemplo al que nos enfrentamos habitualmente. En redes sociales como Facebook suelen verse videos con nombres que llaman la atención, pero al ingresar a ellos no sólo no podemos ver el video, sino que son la llave para entrar a nuestro ordenador. Esto es la ingeniería social.

Ante situaciones como estas, Vezzoni indicó: “Es tan común que las empresas pongan tanto énfasis en la tecnología que el componente de los recursos humanos en la seguridad de la información es pasado por alto. Encuestas han revelado que el 85% de los ataques a la seguridad de la información provienen de información que se filtra entre empleados o clientes”.

No estamos a salvo

Tengo antivirus en mi computadora, ¿estoy seguro? Vezzoni explicó que esta pregunta muchas veces fue contestada afirmativamente aunque en realidad, para quienes son expertos en ataques a computadoras, esto no es así.

“Tener antivirus no quiere decir que la PC esté 100% segura. Así como avanzan las empresas de antivirus perfeccionando sus softwares, también los hackers lo hacen inventando nuevas formas de evadir esas nuevas protecciones”, deslizó.

Según el joven, los antivirus funcionan la mayoría de sus veces detectando firmas de programas maliciosos. Lo que hacen los hackers es modificar esa forma por una que no tengan los antivirus en sus bases de datos, y así evadirlos con facilidad. Es por eso que la mayoría de las veces no alcanza con tener un antivirus en la computadora para estar a salvo.

Los ataques más destacados realizados por hackers y que suelen tener gran repercusión suelen ser a empresas grandes, tales como Google, Microsoft, Yahoo, Facebook, Twitter, y por otro lado a sitios web gubernamentales, como el FBI o la CIA, entre otras grandes entidades.

“Lo que no entienden la mayoría de los hackers es que, por un momento de adrenalina, pueden pasar varios años en prisión debido a que estas grandes empresas suelen invertir mucho dinero en buscarlos”, destacó Vezzoni.

Textos: Federico Fayad – Ilustración: Rodrigo Pérez Moralejo

Vía Los Andes.com

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