Con cinco partidos batiéndose el cobre la situación política se complica y obliga a afinar estrategias.
Un PSOE en precario y mal dirigido tiene que acentuar su faceta izquierdista para gozar del favor de Podemos y seguir haciendo el ridículo con los nacionalistas.
Cs, en un hipotético centro, sigue sumido en la duda y la indecisión, sus señas de identidad. Cierra pactos pero con mala conciencia.
Por la derecha aparece VOX que ha decidido emanciparse del PP y pesca con éxito en el mismo caladero.
Quien más difícil lo tiene es el PP porque al estar siendo vaciado por sus flancos por Cs y VOX tiene que enfrentarse con ambos reivindicando su carácter centrista o de derechas, según convenga.
Sería bueno que este juego beneficiase finalmente al ciudadano per, mas bien, ocurrirá lo contrario.