Hágase el Caos. 1.Lux

La Guerra Fría, ese periodo en el que Estados Unidos y la URSS jugaban una partida de ajedrez global, donde deponían gobiernos, conspiraban y asesinaban en pos del dominio mundial, fue excelente caldo de cultivo para las novelas de espionaje. Le Carré o Greene, son los autores mas conocidos, pero también entra el creador de James Bond, Ian Fleming. En todos los casos, tenemos como protagonistas a espías, agentes dobles, agencias secretas de información y mucha, mucha conspiración.

Felipe Hernández Cava y Bartolomé Seguí, autores reconocidos y ganadores del Premio Nacional de Cómic conLas Serpientes Ciegas, se adentran en ese intrincado y laberíntico mundo de espías y conspiraciones con Hágase el Caos. Con este primer álbum, Lux, nos trasladamos al Londres de 1953, donde un atropello desencadena una historia de engaños y mentiras, en las que Álex, el protagonista, va enredándose en la tela de araña dispuesta entorno suyo.

Me gustan esos cómics que te van envolviendo, en los que la historia te convierte no en lector, sino en testigo. Cava y Seguí, consiguen eso mismo en Hágase el Caos. La historia comienza con un recurso mil veces utilizado en cine y novela: Un personaje se dispone a realizar un acto de consecuencias imprevisibles e irreversibles. Aún sabiéndolo, parece decidido a hacerlo. El por qué y cómo llega hasta ese momento, es lo que nos iremos descubriendo a partir de ese momento.

Con una ambientación muy cuidada, iremos viendo en la red de mentiras en las que se ve envuelto el protagonista, Álex, un tipo normal, al que la muerte de su madre le crea muchos interrogantes y la búsqueda de respuestas. El pasado de su progenitora y las amistades y lazos que tenía, serán el inicio de una trama incierta, destinada a desorientar al lector y Álex. A la par, tenemos la visita oficial del Mariscal Tito a Gran Bretaña, verdadero desencadenante de lo que leeremos.

Tenemos agencias secretas, la chica fatal atractiva que hace comer de su mano a Álex y, sobre todo, mucha tensión sobre qué esconde realmente el pasado y qué relación tiene con el presente. Cava, consigue tomar un ritmo lento aunque agradable, como el del tren que te lleva a tu destino, pero que te deja disfrutar del trayecto. A sus particulares diálogos, desnuda en cada uno de ellos a los personajes y sus motivaciones, se le une esa facilidad para crear un escenario creíble y coherente. Claro que, tener a Bartolomé Seguí, también ayuda.

El final de la historia nos llevará a España. ¿Por qué motivo?; ¿Quién era en realidad la madre de Álex?; Y; ¿Quién es quién en este juego?. Unas respuestas que, afortunadamente, veremos en álbumes posteriores. Un excelente álbum el que Norma publica este mes. Muy recomendado.