Más allá de este desastre geológico en el que más de ciento cincuenta mil personas han perdido la vida, muchos miles mas desaparecidos, otros tanto heridos y mutilados y millones de damnificados; la historia de Haití ha sido desde el primer momento en que declararon su independencia y libertad contra la esclavitud americana y europea; penosa, difícil, amarga y hundida en la miseria a costa de los países europeos y el boicot sufrido ensus propias entrañas. Después vinieron las dictaduras, los asesinatos, el hambre que desde un primer momento asolo a sus ciudadanos. Era el precio de la libertad.
Haití es el país más pobre de todo el hemisferio occidental. El primero que encontró la libertad derrotando a los esclavistas. La primera tierra que fue pisada por los españoles llamándola “La española” y el comienzo de una sangrienta conquista de unas tierras ya ocupadas por humanos. El primer país americano donde llevaron a los esclavos negros procedente de África. Esa vergüenza que los occidentales intentan ocultar, donde trataron a seres humanos peor que a las alimañas, donde en nombre de Cristo su libertad les era negada y donde matarlos era igual que pisar a una cucaracha. Es algo que jamás debemos olvidar. Es un gran pecado que hemos cometido contra África y contra los pobladores de las Américas. Una conquista donde el horror, las matanzas y el miedo, eran justificables y aprobados por reyes y papas. También es el primer país de América que sufre un terremoto tan abrumador como el que ha segado la vida a miles de haitianos y fue además la primera república negra del mundo.
Antes del terremoto, cuando ninguna cámara de televisión estaba en Haití, la pobreza, el hambre agobiante y una penuria extrema, era la fiel moneda de un país gobernado por dirigentes corruptos impuestos por países externos y con claros intereses económicos y de estrategia. La otra mirada que oculta el penoso vivir de millones de personas al borde de la hambruna y donde unas naciones Unidas hacían caso omiso de lo que ocurría a su población oprimida.
Veamos la historia. El 1º de enero de 1804, los haitianos logran la independencia de Francia. Pero Napoleón envió cincuenta naves francesas llenas de soldados con la intención de plantar de nuevo la esclavitud, pero también fueron derrotados, afianzándose con fuerza como país independiente libre de esclavitud. Heredaron una tierra con la mayoría de sus plantaciones de azúcar quemadas por la guerra. A consecuencia de ello y para inde
mnizar a los asesinos dueños de esclavos y plantaciones franceses y como condición ineludible para reconocer al país como nación independiente, Francia en 1838 le exigió el pago de 90 millones de francos de la época, cifra que ha sido abonada religiosamente por Haití. Ningún otro país reconoció a Haití como nación independiente. Nació sola y sola fue su historia marga y siempre manipulada por agentes externos. Nació ya estrangulada por la deuda impuesta por Francia, por el abandono de las naciones del mundo que no eran capaces de reconocer la independencia de un país por unos esclavos que habían osado alzarse contra el poderío europeo, siendo desde el primer momento de su existencia, el paraíso en el que soñaban miles de esclavos americanos para lograr su libertad. Francia y otros países europeos durante años realizaron un bloque comercial.Durante todos esos años se fueron sucediendo golpes de estado, uno de tras otro, que eran impulsados por manos extranjeras. Ante tanta inestabilidad política, Estados Unidos en 1915, hizo que los marines desembarcaron en Haití, pero esta invasión tenía otros objetivos económico. Se quedaron nada menos que diecinueve años controlando un país y teniendo bajo su mando al Presidente de la nación. Lo primero que hicieron fue ocupar la aduana
y la oficina de recaudación de impuesto. Retuvo el salario de su Presidente hasta que firmó la liquidación del Banco de la Nación, que se convirtió en sucursal de Citibank de Nueva York y derogó el artículo constitucional que prohibía vender plantaciones a los extranjeros. El entonces Robert Lansing, secretario de Estado de EE.UU., justificó la larga y feroz ocupación militar explicando que la raza negra era incapaz de gobernarse así misma. William Philips, unos de los responsables directos de la invasión,incubaba la idea de que “Este es un pueblo inferior, incapaz de conservar la civilización que habían dejado los franceses”. Les importaba un bledo la situación de los haitianos y el umbral de la pobreza en que vivían. Su presidente y todos los negros tenían la entrada prohibida en los hoteles, restaurantes y clubes exclusivos del poder extranjero. Los ocupantes no se atrevieron a implantar la esclavitud, pero impusieron trabajo forzado para las obras públicas y hubo cientos de asesinatos y ejecuciones. En 1934 se retiraron, pero dejaron en su lugar una Guardia Nacional dispuesta a exterminar cualquier posible asomo de democracia.En 2004 un golpe de estado, otro más, sacudió Haití y más de 10.000 personas fueron ejecutadas ante la ceguera internacional y la ignorancia pasiva de la sociedad occidental, la misma que hoy tras el terremoto, recorren con sus cámaras las calles de escombros de Puerto Príncipe. Y una vez más, como siempre que no existe intereses económicos, la comunidad internacional miro hacia otro lado, sin importarles la situación crítica política ni la pobreza donde cientos de personas morían de hambre y por enfermedades fácilmente curables.
El Banco Mundial el Fondo Monetario se cebó ante una presa fácil, congelando créditos.
Y muchas otras vergüenzas más ocurrieron en Haití protagonizadas por los grandes salvadores de la democracia y de la libert
ad.Hoy, ante este gravísimo terremoto, la ineficacia nuevamente de una Comunidad Internacional, ha fracasado en la ayuda de un pueblo que ha visto morir a miles de personas enterradas sin que la ayuda llegara
, ni por parte del gobierno de Haití ni por las Naciones Unidas. Durante días han estado viviendo entre muertos, con un olor infernal a la desesperación, intentando rescatar a sus familiares o llorando a sus muertos. Los aviones de ayuda llegaban y ni si quiera existía gente o grúas para bajar los paquetes de comida y mucho menos personal para su distribución. Durante días no se ha podido repartir la ayuda y aún hoy, sigue sin llegar a miles de personas. El ejército de estados Unidos ha tardado mucho en llegar y casi peleándose con los franceses que querían ocupar también su antigua colonia. ¿qué era lo que les preocupaba?.Cientos de cuentas de ahorros se han abierto por numerosas ONGs, instituciones, iglesia, cantantes, televisiones, fundaciones.......¿dónde va ese dinero? ¿quién lo va a controlar? ¿llegara a los haitianos? ¿caerán en manos de un gobierno corrupto y que no se preocupa de su pueblo? ¿caerá en empresas constructoras que se están frotando las manos al ver el negocio que existe de cara a la reconstrucción? ¿quién realiza el seguimiento para que esas ayudas lleguen de verdad a los damnificados?. Sin embargo, en las numerosas entrevistas que se están realizando en TV por diferentes medios de comunicación, todos coinciden en que a pesar de haber pasado varias semanas, la ayuda esperada no les llega. ¿Dónde están esos millones de euros que están siendo recaudados por todos los rincones de nuestra sociedad? Mientras, las operaciones se siguen realizando a lo vivo igual que las imputaciones, sin anestesia. Falta lo más elemental, el agua. Miles de refugiados se internan al campo. Muchos otros lugares afectados por el terremoto aún no han recibido ningún tipo de ayuda. Todo es un caos unido a un gobierno incapaz de gobernar. Otros mucho intentan abandonar el país sumido en la mas absoluta dejadez de sus propias instituciones.
Si, miles de muertos por un terremoto y cientos de periodistas dando crónicas en sus respectivos informativos. Pero antes..¿quién se ocupaba de Haití? También había muertos y miseria. ¿Quién se preocupa por los miles de niños y personas que mueren de hambre cada día en África? ¿Por esos inmigrantes que mueren en el estrecho buscando una libertad que no se la dan y que son detenidos por “estar sin papeles”? ¿Qué nos ocurre? ¿A costa de quienes estamos viviendo?.
Esto es un drama humano de dimensiones planetarias, un drama que debería ser noticia todos los días en los informativos, donde los hombres están a punto de perder el sobrenombre de “humanidad” porque la están dejando marchar y hundirse en la mas profunda de las tinieblas.
El punto dramático lo dijo un bombero español que indignado dijo que tras descubrir a una chica viva entre los escombros y que estaba aprisionada por su madre muerta y cuando faltaba media hora para poderla rescatar, la tuvieron que abandonar por orden de unos soldados que les tenían que llevar escoltados a los campamentos de la comunidad internacional, por temor según ellos, al pillaje y a las bandas descontroladas cuando llegaba la noche. Pero.....¿cómo puede ser eso posible?. La angustia de esta persona que lo contó ante las cámaras lo decía todo, estaba indignada por no haber podido rescatar con vida a una niña cuando faltaba tan poco. ¿Esa era la ayuda
internacional por parte de los militares?. ¿Porqué se dejó morar a esa niña? ¿Porqué no se esperó si faltaba tan poco para sacarla? ¿Es ese el valor que damos a la vida?.Otro aspecto que merece la pena ser expuesto, esla visita de la Vicepresidenta del Gobierno de España a Puerto príncipe. En su discurso en el aeropuerto, al menos ciento cincuenta personas la rodeaban escuchando sus palabras de siempre y haciéndose la foto. Decenas de personas que deberían estar quitando escombros y salvando vidas o bien descansando en lugar de escuchar a un político que sólo busca lo que todos sabemos, desviando hacia su visita esfuerzos que bien se podrían haber empleado en salvar vidas. Patético.
Mañana se irán las cámaras de televisión. Poco a poco la prensa abandonará Hahití hacia otros lugares de interés internacional. Las imágenes dejaran de llegar y se dará paso a la especulación, al engorde de multinacionales, a la corrupción, la dictadura. Y nuevamente el hambre, la pobreza y la miseria más absoluta será silenciada por el olvido, de la misma forma que el hambre ylas enfermedades matan cada día a miles de personas en África sin que sean noticia, sin que nos ruboricemos, sin escribir una sola línea en el corazón de nuestra conciencia. Una flor flota en el agua en memoria del pueblo de Haití.....pero no hay jardín que soporte todas las flores que se necesitan por cada uno de los pueblos de la tierra que sufre amargamente el odio y la sin razón de los seres que tenemos la osadía de llamarnos “humanos”.
PEDRO POZAS TERRADOS (NEMO)