Haití muere de cólera

Hoy se cumplen dos años desde que un seísmo de 7 grados en la escala de Richter, a 15km de Puerto Príncipe (Capital de Haití), hacía temblar los edificios de la isla y las conciencias de occidente.
En el país más pobre de toda Latinoamérica murieron 316.000 personas según el primer ministro Jean-Max Bellerive y 1.500.000 personas se quedaron sin casa y viven en la calle desde entonces.
El drama del terremoto marcó a mucha gente, pero la marcó como marcan las cosas hoy en día, unos 2 ó 3 días, no nos duró mucho más que una resaca. Dos años después nos hacemos cruces al leer desde nuestra Tablet, cómodamente sentados en el sofá, que Haití ha recibido menos de la mitad de lo prometido por los organismos internacionales.
Pero lo más tétrico no es ver las escenas que se vieron esos días sino que hoy, entre sorbo y sorbo de café, leemos impasibles que gran parte de la población Haitiana afectada sigue sin poder acceder a la atención medica necesaria para prevenir enfermedades.
Lo más dramático no es ver los edificios de la capital derruidos, sino leer que en Haití la población muere de cólera sin remedio alguno, debido al olvido en el que está sumido este país. El capitalismo ha puesto tal velocidad a la vida, que la sociedad tenemos lobotomizado el cerebro con la televisión, el fútbol y sólo nos preocupa reunir cuatro perras para comprarnos un teléfono de última generación y parecer menos pobres con ello.
El no parecer atrasados tecnológicamente nos quita el sueño y evidencia por otro lado nuestro retraso cultural, pero eso no parece preocuparnos. Qué más da si en Haití mueren de cólera como en la edad media si podemos whatsappearlo? Gracias a nuestra torpeza social, hemos perdido el hilo a los centenares de millones que se reunieron para ayudar a Haití y no nos preocupa en las manos corruptas y opacas en las que hayan caído y que han evitado que las ayudas lleguen a los ciudadanos de dicho país.
Sigamos ensimismados leyendo los periódicos deportivos y frotándonos las manos con el clásico que se avecina porque total, qué importa que el cólera se extienda en Haití y mate a mujeres, hombres y niños? Al fin y al cabo, está tan lejos que no importa que el país quede arrasado, verdad?
Y es que la sociedad no anda bien. El mundo está enfermo cuando vemos estas cosas y ni siquiera nos sonrojan o peor aun, nos mofamos de la situación precaria de las personas que, por una razón u otra, no han tenido suerte en la vida.
Pero tranquilos majetes, dejemos morir tranquilos a los haitianos en su anonimato, que bastante problemas tenemos nosotros con Paquirrín, la prima de riego, el precio de nuestro nuevo iPad y el culebrón de Neymar, que eso si que es un problemón.
Al loro que empieza gran hermano!