Fotografía de Guillermo Casas
Si algo tiene la solidaridad muñida de los desastres naturales es que no es solidaria. Es el impacto mediático, en este caso, de un terremoto, la que provoca que la gente se vuelque en intentar reparar una situación que parece existir solo a partir del desastre. Así que, una vez pasada la avalancha mediática y la riada de solidaridad, generalmente europea y norteamericana, Haití desapareció de la realidad. Las promesas de la reconstrucción, una vez desaparecidas las presiones sociales y mediáticas se evaporaron como se evapora el agua.(Algo parecido a los proyectos solidarios de publicidad)
Solo quedan las ONGs, queda Cruz Roja, queda Intermon Oxfam, queda Médicos Sin Fronteras, lo cual está muy bien, pero hay tareas que sobrepasan los límites de lo que ellas son capaces de realizar. Hay que preguntarse si las ONG son utilizadas por parte de los estados como excusa para abaratar los costes de la reconstrucción o si hacen un papel de reconstrucción y denuncia de los incumplimientos hechos por los países donantes.
Haití solo ha sido noticia a mediados del mes de octubre de 2010 porque surgió un brote de cólera y murieron unos 250 haitianos. Durante todo este tiempo fueron los médicos cubanos los que han estado atendiendo a estos enfermos, por más que se enmascare, por parte de los medios de comunicación, está encomiable labor médica que Cuba presta a los estados más pobres como ayuda propagandística. Ojalá los países desarrollados prestaran semejante ayuda y no solo la propagandística.
Militares, ONGs o personal sanitario, ¿qué es lo que más necesita Haití ahora mismo?
Antes del terremoto moría gente en Haití, el país más injusto de toda America Latina. Pero antes no eran importantes porque no eran noticia. Esta manera de presentar las noticias, además de hacernos acostumbrar a las desgracias, nos presentan una imagen negativa de estos países, solo salen para hablar de ellos cuando hay alguna desgracia.
Antes, ahora y después seguirá muriendo gente en el resto del mundo, sobre todo América Latina y África. Pero no serán noticia hasta que no haya un desastre natural, porque se genera más morbo cuando la naturaleza se ceba con los más pobres. La realidad es que son los países occidentales los que se ceban con los países pobres, son las empresas occidentales, entre ellas las españolas, las que explotan sus recursos naturales sin importarles la situación en la que están las personas que allí vivien.(O importándoles y yéndose a esos países por esas precarias condiciones laborales que abaratan los costes)
Ahora, todo sigue igual en Haití, con la diferencia de que ya no es la noticia, solo es el aniversario de una noticia y la constatación de que la comunidad internacional ha incumplido sus promesas de reconstrucción.
De los 10.000 millones de dólares, sólo 897 millones han llegado a su destino, cuando se suponía que esos 10.000 millones no iban a ser suficientes para conseguir la reconstrucción. Haití no es importante. La comunidad Internacional no es comunitaria.
Filed under: Ecología