Revista Cultura y Ocio

Haken - Vector (2018)

Publicado el 25 enero 2024 por Moebius
Haken - Vector (2018)

Y seguimos con lo que nos faltaba de Haken, otro disco distinto dentro de su discografía, una salida de la zona de confort de un grupo que podría haber caído en la autocomplacencia pero que ha preferido tener la valentía ir más allá buscando nuevos límites y nuevos horizones, y claro, el riesgo que ello conlleva es perder algunos seguidores, pero espero que esto no sea impedimento para que sigan por este camino. Este es un trabajo ambicioso, en el que no han dudado en irse desplazando a través de su abanico sonoro, jugando permanentemente con los contrastes y poniendo sobre la mesa una elevada cantidad de diferentes recursos, y no solamente técnicos, en un disco conceptual que narran una siniestra relación entre un sádico doctor y su paciente en estado de coma, algo así como sucede con Milei y los jubilados, ponele. Pero este disco tiene una gran contra y se refiere al sonido, con demasiado perilleo, mucho volumen y poco rango dinámico, y es la lástima, porque empaña otro trabajo impecable de la banda.
Artista: Haken
Álbum: Vector
Año: 2018
Género: Heavy prog
Duración: 44:37
Referencia: Discogs
Nacionalidad: Inglaterra

Haken - Vector (2018)Como pasa con este tipo de bandas, hay un montón de gente que comenta sus discos y da sus opiniones, ni lerdos pero bastante perezosos, vamos con el primer comentario que es el de nuestro eterno comentarista involuntario de siempre, que dice lo siguiente sobre este trabajo.

Testimonios y memorias del quinto vector progresivo de Haken
En esta ocasión se da el turno de escuchar, comentar y celebrar el nuevo disco de HAKEN, una de las bandas más admiradas dentro de la hornada progresiva europea en el presente decenio: nos referimos al álbum titulado “Vector”. Contando con la alineación de Ray Hearne [batería], Charles Griffiths [guitarras], Richard “Hen” Henshall [guitarras y teclados], Diego Tejeida [teclados], Ross Jennings [canto] y Conner Green [bajo], HAKEN publicó este disco en el pasado 26 de octubre por vía del sello InsideOut Music, siendo el quinto trabajo de su carrera. Hay edición habitual en CD y también edición en vinilo (en el último caso, ediciones limitadas respectivas en color claro y color verde petróleo). Se trata de un álbum conceptual que comienza con el punto de vista de un Doctor que tiene un intrigante, probablemente siniestro plan a la hora de investigar a un determinado paciente; a mitad de camino, el concepto del álbum se pone desde el punto de vista de este paciente, quien parece estar en estado catatónico pero cuyo cerebro emana radiaciones, las cuales pueden ser memorias de eventos pasados o alucionaciones de eventos irreales que son producto del tratamiento que está recibiendo de parte del Doctor. ¿Cuál de ambas opciones narrativas? Griffiths prefiere que cada oyente escoja la opción de su preferencia. Por lo pronto, se nota que el ensamble ha puesto un enfoque rigurosamente prioritario en el factor metal-progresivo dentro de un ideario musical que siempre se había movido en una encrucijada entre el mencionado factor y otros como el neo-prog y retro-prog-sinfónico. Podemos ver en esta movida un intento por establecer una renovación desde dentro de la esencia progresiva en busca de una nueva energía expresiva, un intento que desde ya calificamos de exitoso pues nos satisface bastante lo que encontramos en él. Pero bueno, vayamos ahora a los detalles de “Vector”.
La obertura ‘Clear’ establece un clima gótico marcado por una envolvente aureola ceremoniosa desde donde el muy sencillo motif adquiere su impactante fulgor de tenebrosa sutileza. Así, la inminente emergencia de ‘The Good Doctor’ se inserta contundetemente en el meollo del primer esquema melódico ambiciosamente desarrollado del álbum. Se trata de una canción que inserta interesantes aires industriales a un dinamismo prog-metalero que se mueve solventemente sobre y a través de sofisticados y musculares grooves: es como hallarse a medio camino entre lo que hacían los THRESHOLD durante la fase 2001-07 y lo que actualmente hacen bandas como HAGO y MOTHER TURTLE. Luego sigue ‘The Puzzle Box’, una canción diseñada para capitalizar la señorial fiereza de la canción precedente y llevarla hacia niveles más intensos de agudeza preciosista. En este sentido, la gente de HAKEN entabla nexos de parentesco estilístico con los DREAM THEATER post-Portnoy así como con la contemporánea vitalidad del djent dentro de las más robustas propuestas prog-metaleras del momento. Cómo no, siempre hay lugar para algún pasaje de predominio electrónico donde el grupo explora climas industriales, algo muy a tono con la temática futurista y tecnocéntrica del concepto del disco. Por su parte, los estribillos establecen un lirismo de claros acentos épicos, especialmente en lo referente a los arreglos vocales. Tenemos aquí un primer cénit del álbum, y de inmediato nos disponemos a acoger al siguiente cénit, que es el cuarto ítem del disco; también es el más extenso con sus 12 ½ minutos de duración, respondiendo al título de ‘Veil’. Tras un muy breve sereno prólogo con base de piano, el cuerpo central instaura una vitalidad. A poco de pasada la frontera del séptimo minuto, la canción vira hacia un clima de balada con leves ribetes angustiosos que se sitúan a medio camino entre el paradigma post-rockero y el modelo de los PORCUPINE TREE de sus tres últimos discos. Cerca del final, se da una interesante sucesión de solos de guitarra y de sintetizador que sirve para explotar a cabalidad el potencial majestuoso de esta segunda mitad de la canción sobre la base de un compás complejo a medio tiempo. Para las últimas instancias, el grupo retoma parte del cuerpo central, recogiendo toda la suntuosidad precedente y sintetizándola en un vehemente clamor aguerrido.
El instrumental ‘Nil By Mouth’ es un ítem donde los músicos se esmeran particularmente en el pulido y el perfilamiento de las aristas más absorbentes de la dominante visión metalera desarrollada en el disco. En efecto, ya desde las cortantes metrallas de los riffs iniciales y las agitadas maquinaciones de la dupla rítmica, se nota que el grupo ha encendido en clave de máxima turbulencia todos los cilindros de su maquinaria rockera: los niveles de tenacidad en el desarrollo del vigor rockero y de tenacidad en los armazones de síncopas que impulsan la mayor parte de la ingeniería rítmica son realmente estratosféricos. Se nota una labor muy equilibrada entre la dupla guitarrera y el teclista a la hora de instalar e hilar los diversos motivos en curso mientras la dupla rítmica edifica una arquitectura robusta y exigente con prodigiosa precisión. La sucesión de ‘Host’ y ‘A Cell Divides’ ocupa los últimos 11 ½ minutos del repertorio oficial de “Vector”. ‘Host’ es una canción lenta que focaliza su desarrollo temático en un dramatismo melancólico que se sitúa a medio camino entre la vulnerabilidad desnuda y la inquietud distante. La sección donde el sintetizador elabora un solo flotante sobre la base de unos parsimoniosos arpegios de guitarras acústicas evoca una volátil espiritualidad reflexiva. Para cuando llega el turno de ‘A Cell Divides’, el grupo inicialmente dispone de una síntesis de los climas y esquemas sonoros antes desarrollados en las canciones #2 y #3, encuadrando los patentes recursos de gancho melódico que aquí operan dentro de un ágil manejo de los complejos esquemas rítmicos. A mitad de camino, el teclado marca el camino para un intermedio ceremonioso donde las sensaciones dramáticas de la canción se extienden mientras se prepara el camino para el breve epílogo explosivo: el muscular afiatamiento de los instrumentos en este cónclave conclusivo es simplemente brutal, contundente, voraz... Un final grandilocuente para una canción que hace que el disco, como un todo, termine a lo grande. El CD “Vector” tiene la alternativa deluxe edition que contiene las versiones instrumentales de todas las siete piezas del álbum (un factor redundante para ‘Nil By Mouth’, valgan verdades) en un segundo volumen.
Pues bueno, esto es todo lo que nos muestra “Vector”, un disco poderosamente llamativo donde el vigor rockero y el gancho congenian dentro de una ingeniería progresiva muy potente. Como dijimos en el párrafo inicial, la gente de HAKEN escogió esta vez ahondar en la prioridad del factor metal-progresivo dentro de su propuesta musical, la cual nunca se encapsuló exclusivamente en esta modalidad específica. Podemos extrañar las muestras de vitalista eclecticismo que ellos nos brindaron en discos precedentes como “Affinity” y “The Mountain”, es una noción válida, pero la verdad es que, como balance final, “Vector” se defiende solventemente por su cuenta a la hora de proyectar una brisa renovadora dentro de las fuerzas naturales que se congregan dentro del cosmos musical de HAKEN. Este vector progresivo tiene su módulo y su orientación muy sólidamente proyectados.

César Inca

Haken - Vector (2018)

Como siempre sucede con esta banda, el trabajo instrumental y vocal es de primer nivel, y en todo caso lo que tenés que fijarte es si te gusta el trabajo compositivo, porque lo demás está asegurado...
Si hay alguien que quiere que cada disco de Haken sea perfecto, soy yo. Esta banda junto con Threshold son los verdaderos nuevos dueños y señores del Progressive. Claro que siempre tendremos a Dream Theater, seguro que si, pero las bandas mencionadas inicialmente se han dado a la tarea de hacer de este estilo algo espectacular a la vez de asequible, "The Mountain" (2013) me agarró y no me soltó sino pasados meses y "Affinity" (2016) es abiertamente uno de mis discos favoritos, top 10 posiblemente... de todos los tiempos.
"Vector" tiene que, como se pueden imaginar, convertirse en un suceso para mi. Tanto que incluso me he negado conscientemente a escuchar los singles que lo precedieron o a ver los vídeos que los acompañaban, mi intención era -es- darme un baño total y no parcial de sonido con Haken, abrazar esta nueva entrega y no dejarla ir, rodearme de ella, convencido como estoy que una banda así no me va a decepcionar, que no lo ha hecho, pero hay 'peros', este no es un disco como los anteriores, aquí hay un giro, un cambio, no se si llamarlo un crecimiento, pero su nueva grabación es diferente a lo que habían mostrado hasta ahora.
En primer lugar, lo más obvio, este es un disco más oscuro, menos melódico, más agresivo y de elementos más experimentales, algunas cosas más etéreas; definitivamente abandona la frontalidad de "Affinity" y se centra en el Prog puro, el de los cambios, el de -justamtente- las progresiones, aceleraciones y frenos. Nuevamente la banda ha tenido el cuidado y la delicadeza de tocar Progresivo humano, de ese que satisface el apetito por la calidad ejecutante-instrumental pero se entiende, no del que necesita saber de trigonometría musical para disfrutar, Prog del que está al alcance del amante del buen Metal.
"Vector" tiene canciones que destacan, como Puzzle Box,  Nil By Mouth y la mejor del trabajo, la más ellos, Veil. No crean que van a conseguir nada malo tampoco, en general todo el trabajo es audible y tiene potencial para satisfacer las ansias progresivas de los más exigentes oidores, pero y me imagino que si todavía leen hasta aquí se estaban esperando este segundo 'pero', no es un disco de la extraordinaria calidad de sus dos anteriores. Lo cierto es que esta nueva entrega de Haken, en mi humilde entender adolece de dos defectos, para mi claramente identificados.
El primer defecto es obvio y no voy a esconder mi decepción porque pienso que a este nivel esto no puede pasar, la grabación de "Vector" es paupérrima, el exceso de volumen daña la entrega a nivel de producción, una verdadera pifia, con algunos momentos, especialmente en el apartado de la batería, que prácticamente suena a disco de garaje, esto es algo que no entiendo y debo suponer que es realizado a propósito, motivado por algún sentido de impacto que mi ignorancia no me permite discernir y no crean que estoy hablando sobre la base del trabajo oído a través de una vulgar descarga, no, lo compré y opino desde el sonido flac; mal sonido en fin.
El segundo elemento es más de fondo y siento que ninguno de los siete temas del disco, el cual es un poco corto para mi gusto, me llegó de la manera que lo ha hecho la banda en el pasado. Es cierto que la visión más potente y dura de los temas no da lugar a melodías suaves, pero tampoco conseguí en los minutos del disco el toque de verdadera emoción y total impacto que me consta que Haken sabe hacer. Es un buen disco, pero no es un excepcional disco como sus predecesores, me siento aceptablemente satisfecho con el trabajo, pero en mi visión se queda corto. Como a veces pasa, creo que el futuro puede brindar nueva percepción sobre "Vector" por lo que le daré su respectivo repaso eventual, pero de momento está claro en mi que no es lo mejor de los ingleses.
7/10

El Lado Oscuro


Y van más videos y más comentarios...

Texto expandido de la entrada

Supongo que es una cuestión de gustos y hay discos que, aún sonando muy bien y estando tocados por las musas, a uno no le terminan de entrar y otros que, sin embargo, nos llegan con más fuerza. Como he escrito en multitud de ocasiones, Haken son una banda que no poseen un solo álbum mediocre y, como otras formaciones, esto se debe a su calidad como músicos. Si al tibio debut que fue “Enter the 5th Dimension” (2008) se le puede considerar ese “meter el pie en la piscina para comprobar su temperatura”, con “Aquiarius” (2010) encontraron la fórmula que desarrollarían en “Visions” (2011) y “The Mountain” (2013) y, si en “Affinity” la producción y la portada tenían un toque verdaderamente retro y no me terminaba de convencer la interpretación de Ross Jennings en un álbum con tantos aciertos como desaciertos, tan equilibrado y coherente como es de habitual pero al que “Visions” y “The Mountain” seguían dando tanta sombra que deslucían el resultado de unas canciones tan conservadoras bajo un futurista barniz ochentero. ¿Por dónde tirarían Haken? ¿Continuarían por la brecha abierta de la autocomplacencia o, por el contrario, arriesgarían un poco en su próximo álbum? La respuesta es “Vector” y, sin ser una obra maestra, sí que es un disco infinitamente más arriesgado, más ambicioso y con un toque de maldad que, como ocurría en “Affinity” y su portada, cala muy hondo desde su rojísimo artwork, obra de Blacklake.
“Vector” es un dignísimo disco de este siglo, de esta década, que contiene momentos de auténtica genialidad, capas y capas de guitarras, arreglos y sintetizadores y la voz de Jennings, ahora sí, completamente integrada en el resultado final de Griffiths, Hen, Tejerida y Green con la mezcla de Adam Getgood, menos equilibrado que “Affinity” pero con más subidas y bajadas que una montaña rusa y esto, que en otro disco sería toda una crítica, en “Vector” es la pizca de excitación que necesitamos para seguir manteniendo el interés. Para aquellos que disfruten de las metáforas más irrelevantes; “Affinity” es esa pareja sosota que puedes presentar a tus padres, “Vector” es la que te gusta a ti, pero ellos mirarán siempre reprobándola.
El equilibrio es perfecto, siete canciones (ni una más, ni una menos), no hay por qué alargar un álbum cuando la inspiración es suficiente y los músicos no tienen que alegar nada excepto su talento. Una introducción tan enorme como “Clear” vale el peso en oro de “Vector” y yo, que habitualmente reniego de “intros” y “outros” por considerarlas puro relleno, sólo puedo rendirme ante la que abre “The Good Doctor”, ese viaje de cuatro minutos que se abre con el teclado de Tejeida y es rota por el bajo de Green, no quiero insistir pero los dos primeros minutos de “The Good Doctor” son claramente superiores a todo el álbum anterior, en la que no faltan hasta metales; eso sí, magníficamente integrados dentro de la composición, no metidos con calzador.
“Puzzle Box” se aproxima al djent respecto al anterior álbum, en este te recordarán a Tesseract pero en esta obra de Haken hay un puntito de maldita negrura (además, el puente, la voz de Jennings y cómo lo resuelven es de matrícula de honor), algo que se deja sentir en “Vector” cuando nos encontramos a unos músicos que buscan endurecer su sonido respecto al anterior disco, quizá algo inofensivo. “Veil” posee fuerza, de nuevo Tejeida y Green son los que marcan la diferencia, en concreto Tejeida es quien le confiere esa sonoridad tan especial pero, en este caso, creo que algo menos de minutaje y un poco más de concreción le habrían sentado mucho mejor.
“Host”, al revés que las anteriores, comienza de manera elegante gracias al fliscorno de Miguel Gorodi y es que hay que tener muchos huevos para, en un álbum como “Vector”, incluir una pieza así. La sorpresa es mayúscula cuando Haken la terminan llevándola a su terreno y Jennings eleva su voz hasta perderse su lamento entre los arreglos de la canción.
El djent vuelve con “A Cell Divides”, una de las mejores canciones, en la que los ingleses logran el equilibrio perfecto entre la agresión, el mencionado djent de carnosos y sincopados riffs, las texturas del teclado y los sintetizadores y la melodía a las voces, en una triada formada por “The Good Doctor”, “Puzzle Box” en la que “A Cell Divides” ejerce de brillante broche de oro para cerrar “Vector”. Un álbum que quizá no guste a sus seguidores de siempre pero que nos hace cambiar a muchos el paso y volver a esperar lo que Haken tienen que decir. Como escribía al comienzo; cuestión de gustos pero “Vector” es de lo mejor que han publicado en mucho tiempo y se erige como uno de los grandes discos de este año que se larga tan rápido como entró.

James Tonic
Lo podés escuchar desde su espacio en Bandcamp:
https://insideoutmusic.bandcamp.com/album/vector-deluxe-edition


Haken Online:
www.hakenmusic.com
www.facebook.com/HakenOfficial
https://twitter.com/Haken_Official

 
Lista de Temas:
1. Clear
2. The Good Doctor
3. Puzzle Box
4. Veil
5. Nil By Mouth
6. Host
7. A Cell Divides
Alineación:
- Ross Jennings / voz
- Charlie Griffiths / guitarra
- Richard Henshall / guitarra y teclados
- Diego Tejeida / teclados
- Conner Green / bajo
- Raymond Hearne / batería
Invitados:
Miguel Gorodi / flugelhorn (2)
Peter Jones / programación


Haken - Vector (2018)

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