Y la maratón continúa con la tercera novela de esta serie. Creo que me voy a poner de tope alcanzar donde se quedó el anime y luego pasaré a otra cosa durante unos días o, si no, no voy a parar.
Precisamente, ésta es la segunda novela que se adaptó en el anime de 2008 después de haberse saltado la anterior. Al igual que la adaptación de la primera, le quitan bastante de la oscuridad que tienen las novelas haciéndolo un producto más descafeinado y agradable para cualquier público. No obstante, lo peor es que la condensación de los hechos es mucho mayor y mientras la otra tuvo cuatro capítulos, ésta se queda en sólo tres y eso es demasiado poco.
Siendo ya la entrada dedicada a la tercera novela, los destripes empiezan a ser importantes. En todo caso, para saber de qué hablo os remito a la primera reseña. A partir de aquí, spoilers de esa misma primera novela.
ArgumentoUn kelpie, un caballo negro de las aguas, se cruza con una pequeña hada que lleva en un anillo "la luna" engarzada y aprovecha un descuido para robárselo. Ambos se dirigen de todos modos a Londres, al mismo lugar: la residencia del nuevo Conde Caballero Azul. Mientras el kelpie va en busca de Lydia Carlton, "Doctora de hadas" a la que conoce desde hace tiempo y a la que propuso matrimonio, la pequeña tiene la misión de encontrarse con Edgar Ashenbert para entregarle el anillo que la reina de las hadas ha encontrado y que sirve para satisfacer la condición de la promesa de matrimonio que realizó con un antecesor de éste.
Las cosas se complican aún más cuando una misteriosa organización se decide a atacar a Edgar y Raven por creer que ambos son en realidad seguidores del conocido como Prince, aquél que les controlaba en América y del que huyeron, y no sus enemigos. Y en medio de todo esto, Paul Foreman, un joven y amable pintor, se ve envuelto en este caos cuando el anillo de la luna acaba atascado en su dedo.ReseñaY después de una novela más secundaria como se puede considerar la anterior, lo que explica que la ignorasen a la hora de hacer la adaptación anime, aquí las cosas dan unos cuantos pasos tanto en la parte que se refiere a la lucha entre Edgar y Raven contra su enemigo, Prince, como a la parte romántica.
De lo primero está claro que si la organización que está contra Prince (por cierto, no sé si debería dejarlo así al hablar de él o traducirlo como Príncipe pero me decanto por la primera opción por coincidir con la versión original) supiese que Edgar y Raven en realidad huyeron de él y buscan venganza, podrían ser aliados comunes. La cuestión es si eso será posible antes de que suceda algo grave que lo impida. La trama de fondo se va complejizando y todo parece apuntar a que la familia noble a la que realmente perteneció Edgar de niño estaba de algún modo relacionada con todo esto antes de verse arrastrado a todo su sufrimiento posterior.
En cuanto a la parte romántica la cosa avanza gracias a que Kelpie y Paul serían a priori pretendientes de Lydia. Esto lleva a que Edgar parezca que se pone serio pero, aun con todo, sigue sin llegar a ser amor y la pobre protagonista está hecha un lío.
La verdad que no es para menos. En la novela se cuenta un hecho de la infancia de Lydia que explica sus reticencias a caer en el amor. Un amigo de la infancia que le mintió diciéndole que había algo más en sus sentimientos pero todo fue una jugarreta por parte de otros críos que le obligaron a escribir esa carta con el engaño. Entre eso y el rechazo que siempre ha sufrido por su capacidad de ver lo que los demás demás no pueden es normal que se resista a caer en las dulces palabras de Edgar. Y es que no sólo es un Don Juan sino que la ha engañado y manipulado varias veces para usarla en su beneficio. Todo movimiento que hace parece destinado a seguir atándola a su lado por su propio bien, no por un sentimiento romántico. Así, la chica no tiene más remedio que crearse una coraza impermeable aunque cada vez le cueste más y más mantenerla porque sus dudas y confusión no paran de crecer.
Los secundarios principales de la novela son Kelpie y Paul. El primero, como hada que es, resulta fascinante. Es directo y es pasional. Y hay que reconocer que los piques que tiene con Edgar llegan a ser bastante divertidos. En cuanto a Paul, es sencillamente encantador. Un chico humilde y un buenazo. Lo único es que la parte de pretendiente para Lydia... como que no. El joven pintor parece mucho más interesado en Edgar que en ella.
De otros seres fantásticos, ahí sigue Nico, que esta vez tiene menos momentos destacables. Quienes se unen a la fiesta son dos pequeñas hadas, la adorable Marygold y la más seria Sweetpea. La novela deja con ganas de conocer a su reina. Y en cuanto a Raven, de momento no hay ninguna evolución de su parte apreciable a simple vista.
En definitiva, una novela muy intensa que me ha conseguido emocionar varias veces. Soy una romántica empedernida y una historia que va creciendo así, poco a poco en cada novela, resulta una delicia. Es muy evidente lo que acabará pasando pero hasta llegar a ese momento, el camino es un placer recorrerlo cuando los personajes están tan bien construidos que es creíble que necesiten su tiempo para librarse de sus barreras. Si a esto le sumamos la trama más oscura de fondo, el contexto del Londres victoriano con sus bailes de temporada y los elementos fantásticos obtenemos una auténtica gozada de serie.