
El descubrimiento está basado en un estudio combinado de científicos de Japón y Nueva Zelanda, que escaneó el centro de la Vía Láctea durante 2006 y 2007, revelando evidencias de más de diez planetas que flotan libremente con una masa similar a la de Júpiter.
Estos objetos aislados, conocidos como planetas huérfanos, son difíciles de localizar, y han permanecido sin detectar hasta ahora.
Los nuevos planetas están localizados a una distancia comprendida entre 10.000 y 20.000 años luz de la Tierra