Hamás tiene una larga historia escondiéndose detrás de los civiles de Gaza para realizar actividades terroristas. Dos entradas a la red de túneles terroristas, construidas debajo de casas civiles por la organización terrorista, son otro ejemplo de la poca importancia de Hamás hacia sus propios civiles.
El Comando Sur de las FDI, en cooperación con la Dirección de Inteligencia y la Agencia de Seguridad Israelí (ASI), está trabajando para descubrir la infraestructura operacional y militar en la Franja de Gaza. Está cooperación permitió que ellos descubran e identifiquen inteligencia significativa – incluyendo el descubrimiento de dos aberturas de túneles terroristas ubicadas en casas civiles, conectadas a la red de túneles construida para infiltrar el territorio israelí y atacar a israelíes.
Las aberturas de los túneles fueron encontradas debajo de edificios residenciales en el noroeste de Gaza. La primera abertura, un edificio de seis pisos construido en los últimos dos años, pertenece a un ciudadano del área de al-Shati, situado cerca de otras casas y una estación de servicio. La segunda abertura pertenece a un padre, de cinco hijos, afiliado a Hamás en Beit Lahia. Además, su hermano y padre viven por encima de la abertura del túnel, que también se conecta a la mezquita “Esperanza” al lado.
Una estrategia establecida
El hecho de que las aberturas de los túneles están construidas en áreas civiles no fue un error – los esfuerzos de inteligencia encontraron que una considerable porción de la infraestructura militar de Hamás hace uso de la infraestructura civil como casas, escuelas, mezquitas, hospitales y otros edificios públicos. Esto es parte de su estrategia de combate. Al proteger sus túneles, sitios de lanzamiento y almacenes de armamento con civiles, escuelas y edificios civiles, dificulta los esfuerzos de las FDI en localizarlos y alcanzarlos.
Esto también transforma a estos espacios civiles en objetivos legítimos en tiempos de guerra, de acuerdo con la ley internacional. Hamás ubica estratégicamente sus puestos terroristas cerca y dentro de edificios civiles, con la esperanza de que los intentos de las FDI en eliminar amenazas reales y mortales para los civiles israelíes, terminen en muertes de gazatíes que pueden causar un golpe a la legitimidad israelí. En el proceso, ellos sacrifican a los civiles que dicen defender. Organizaciones internacionales como la ONU y la Media Luna Roja han criticado y condenado esta práctica. El uso de escuelas como almacenes de misiles y hospitales de campo como puestos de lanzamientos por parte de Hamás permite a la FAI tomar represalias por ataques contra israelíes de estas ubicaciones. En junio de 2017, la UNRWA condenó esta práctica fuertemente tras encontrar un túnel del terror debajo de dos escuelas de la ONU, poniendo estudiantes y personal en riesgo.
El precio de un túnel de terror
Hamás ha utilizado redes de túneles para permitir operaciones transfronterizas para secuestrar y asesinar israelíes, sean soldados o civiles. Durante la Operación Margen Protector, terroristas de Hamás altamente armados utilizaron estos túneles para intentar infiltrarse en las comunidades israelíes Sufa y Nir Am, con el objetivo de llevar a cabo masacres. Cinco soldados de las FDI fueron asesinados cerca del Kibutz Nahal Oz cuando combatientes de Hamás emergieron de un túnel de terror. Para combatir esta amenaza, las FDI han puesto un mayor énfasis en la guerra subterránea, entre otras tácticas.
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Para Hamás, el costo de estos túneles transfronterizos no es barato. Desde la Operación Margen Protector, Hamás ha invertido cerca de 150 millones de dólares en la reconstrucción de su infraestructura subterránea y ha desviado materiales de construcción como concreto, acero y madera, que podrían haber sido utilizados para reconstruir infraestructura en Gaza.
El costo humano
La infraestructura de los túneles no solo le cuesta dinero a Hamás, también le cuesta vidas civiles. Túneles en construcción son propensos a colapsar, especialmente durante el invierno. En 2016-2017, 31 túneles de Hamás colapsaron, cada uno costó millones de dólares. 30 activistas de Hamás han muerto en esos colapsos. Como consecuencia de que Hamás utiliza niños para construir los túneles, 10% de las personas que fallecieron en estos accidentes, son menores.
Alrededor de dos tercios del dinero destinado a Hamás, quien gobierna la Franja de Gaza, termina en los bolsillos de su ala militar – dejando solo recortes para los servicios públicos. Dinero que podría destinarse a cuidado médico, electricidad, reconstrucción y necesidades básicas, es concentrado bajo tierra y en arsenales de misiles, priorizando la matanza de israelíes por sobre la prosperidad de los gazatíes.
Fuente: IDFblog