Hamburgo es el puerto de Alemania, la segunda ciudad más grande del país con permiso de Berlín, y además es una de las más ricas del mundo, de hecho se estima que 1 de cada 44 habitantes son millonarios.
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Así que, con todo ese potencial, y sabiendo lo que les gusta a los alemanes los mercadillos navideños (que precisamente nacieron en este país), no es de extrañar que Hamburgo cuente con más de 10 mercadillos tan sólo en el centro, a los que habría que sumar todos lo de los distritos....¡una barbaridad!.
De todos ellos, sin duda el principal es el que se instala todos lo años enfrente del Ayuntamiento...
Hasta el año pasado este mercadillo tenía la curiosidad de que el mismísimo Papa Noel lo sobrevolaba con su trineo a determinadas horas, y también había un pequeño trenecito eléctrico por los tejados de los puestos. Sin embargo este año no está ni lo uno ni lo otro.
De todas formas, si vienen con peques, os quiero recomendar otro mercadillo navideño situado a pocos metros de este, el mercadillo blanco de Weißer Zauber en Jungfernstieg.
Este mercadillo, a diferencia de los tradicionales, no tiene las típicas casetas de madera, sino lonas blancas iluminadas. Se pretende buscar así un lenguaje arquitectónico moderno acorde a la zona donde está ubicado llena de hoteles y tiendas. De hecho, como curiosidad os diré que la Jungfernstieg fue la primera calle de Alemania que fue asfaltada en el año 1.838.
Precisamente su ubicación es uno de sus principales reclamos, ya que esta junto al centro comercial Europa Passage (5 pisos y mas de 120 tiendas de marcas internacionales) y del famoso Atlserhaus, unos grandes almacenes con más de 100 años de historia.
Hasta aquí llegan los elfos bailarines de Papa Noel todos los sábados de Adviento (a las 14:00h y 17:00h), en un desfile navideño que recorre varias calles de Hamburgo para dar la vuelta justo delante de este mercadillo.
Sin duda no es mala idea esperar el desfile mientras los mayores toman un típico glühwein y los peques un chocolate caliente.
Mientras esperamos, también podemos observar el lago Alster, dado que este mercadillo está situado a sus orillas. El lago Alster es un lago artificial situado en el centro de la ciudad con un perímetro de 7,5 kilómetros, lo que lo convierte en una importante zona de recreo de la ciudad donde se pueden practicar deportes acuáticos y dar paseos en barca. Pero es que además en navidad instalan un imponente abeto iluminado en el centro..
La historia de este abeto flotante se remonta ya 20 años en el tiempo, y con su más de 1.000 bombillas marca el inicio del período de Adviento. El de este año tiene 15 metros de altura, pesa varias toneladas y se ilumina todos los días a las 16:30 horas.
Volviendo ahora a la "Magia Blanca" que es la traducción del nombre de ese mercadillo, en sus puestos podemos degustar, aparte del glühwein y cervezas varias, comidas típicas alemanas como pescados, castañas, almendras tostadas o el kartoffelpuffer, una especie de tortita de repollo.
También se pueden adquirir artesanías como artículos de cuero y cachemir, cerámicas o incluso artículos de lujo como joyas, al fin y al cabo este mercadillo está situado en la zona más exclusiva de la ciudad, justo enfrente de la Neuer Wall, una de las mejores calles comerciales de Europa, repleta de marcas de esas de mirar pero no tocar.
Pero si hay un puesto que me llamó especialmente la atención fue uno dedicado exclusivamente a nuestros mejores amigos, los perros, donde se puede encontrar galletas navideñas especiales para ellos, entre muchos otros artículos.
Pero lo que realmente convierte al mercadillo de Jungfernstieg en especial para los niños son los Barcos de las Hadas.
Como ya os he comentado antes, este mercadillo está situado a orillas del lago Alster, pues bien, desde hace 30 años por esta fechas atracan en su muelle 5 barcos mágicos que hacen las delicias de los más pequeños...y de los mayores de paso.
Estos barquitos, muy populares entre los pequeños hamburgueses, se decoran en estas fechas navideñas y ofrecen distintas actividades destinados a ellos.
Por ejemplo, hay dos barcos de horneado, el Saselbek y el Sielbek.
En ambos barcos los niños aprenden a hornear las típicas galletas navideñas siempre asistidos por simpáticos ayudantes germanos, que colocan a cada pequeño en su puesto y los asisten.
Luego entregan a los minichefs un gorro de cocinero y un delantal para no mancharse y comienzan a moldear la masa, ya previamente preparada y extendida, con diferentes figuras navideñas.
A continuación las embadurnan con huevo y los niños echan enciman diversos topping como fideos de chocolate, estrellitas de sabores, lacasitos, etc...
Cada bandeja esta numerada por lo que una vez terminada sus obras, se anota de quien es cada lote de galletas y se llevan las bandejas a los hornos.
Mientras los peques siguen con otras labores pasteleras, las galletas se van horneando, y una vez finalizado el proceso se entrega a cada niño su propios dulces, que se pueden llevan a casa....si llegan claro.
Estos cursos de repostería cuestan en total 2€ y se pueden inscribir en una lista en los propios barcos. Tengan en cuenta los horarios de inicio (lo suelen indicar en la web de turismo de Hamburgo), que varía según sea diario o fin de semana.
Otro de los barcos que más gusta a los niños es el barco de los sueños, el Amersbek
Un barco dividido en dos partes, en una hay varios maquilladores que transforman a los peques en leones, reinas, hadas, elfos o lo que ellos quieran...
Y en otra parte del barco hay una zona de juegos segura, patrocinada por Ikea, y perfectamente adaptada a los niños quienes pueden jugar con distintos juguetes hasta cansarse. Todas estas actividades son completamente gratuitas.
El siguiente barco es el barco teatro Brendenbek.
Como se pueden imaginar, en este barco hay un escenario donde se representan espectáculos teatrales, de baile y de magia para los pequeños. Cada día cambian el show, pero todos los espectáculos son completamente gratuitos.
La duración de cada una de estas actividades es de casi 1 hora, así que si van a hacer un recorrido por todos los barcos preparen una mañana entera....pero no se preocupen porque está todo pensado y el último barco es Susebek, la cafetería, donde los mayores pueden pasar un rato agradable mientras los pequeños se divierten.
He de confesar que, con el clima frío y lluvioso de Hamburgo, en estos barcos se está realmente bien, así que estiramos bastante nuestra parada en Susebek mientras nos turnábamos para quedarnos con la peque en el barco de horneado o el de maquillaje.
Por si fuera poco, en este mercadillo también cuenta con una histórica noria, desde 1.926, que es sin duda la mejor forma de ver el lago y el mercadillo a vista de pájaro. Sin duda un broche de oro para pasar un gran día en familia.
¡Feliz Navidad!