Sinopsis Editorial:
Agnes, una muchacha peculiar que parece no rendir cuentas a nadie y que es capaz de crear misteriosos remedios con sencillas combinaciones de plantas, es la comidilla de Stratford, un pequeño pueblo de Inglaterra. Cuando conoce a un joven preceptor de latín igual de extraordinario que ella, se da cuenta enseguida de que están llamados a formar una familia. Pero su matrimonio se verá puesto a prueba, primero por sus parientes y después por una inesperada desgracia.
Partiendo de la historia familiar de Shakespeare, Maggie O’Farrell transita entre la ficción y la realidad para trazar una hipnótica recreación del suceso que inspiró una de las obras literarias más famosas de todos los tiempos. La autora, lejos de fijarse únicamente en los acontecimientos conocidos, reivindica con ternura las inolvidables figuras que habitan en los márgenes de la historia y ahonda en las pequeñas grandes cuestiones de cualquier existencia: la vida familiar, el afecto, el dolor y la pérdida. El resultado es una prodigiosa novela que ha cosechado un enorme éxito internacional y confirma a O’Farrell como una de las voces más brillantes de la literatura inglesa actual.
Ya os comenté cuando os hablé brevemente de "Sigo aquí" de Maggie O'Farrell, que también tenía pendiente la lectura de Hamnet, ya que me lo habían regalado por mi cumpleaños. Tenía (y tiene) tan buenas reseñas y fueron tantas las personas que me comentaron que les había encantado, que decidí no esperar más para leerlo y una vez más repito lo dicho en esa reseña: yo quiero leer todo lo que haya escrito esta mujer (si está traducido, claro) y si no estoy equivocada, ahora solo me faltaría "La primera mano que sostuvo la mía", así que ya procuraré ponerle remedio en algún momento.
Mientras tanto, os cuento que con Hamnet me sumo a esa gran mayoría de opiniones positivas que tiene la novela. A mí me ha gustado mucho. No diría que es un libro cinco estrellas, pero me ha encantado.
Como aclara la autora en una nota final del libro, esta novela es el resultado de sus vanas especulaciones sobre la vida de Hamnet, el único hijo varón que tuvo Shakespeare y que murió siendo muy niño, no se sabe muy bien a consecuencia de qué, pero aquí entra en juego la imaginación de O'Farrell y con los pocos datos históricos que hay y su buen hacer, ha creado esta bonita novela que nos transporta a Stratford (Warwickshire) en pleno siglo XVI.
La novela se moverá en dos tiempos separados por unos quince años. En 1596 nos encontraremos con Hamnet y a su hermana gemela Judith. Ambos se encuentran jugando hasta que la niña se empieza a encontrar mal y es en ese momento cuando Hamnet intenta buscar a algún adulto que los pueda ayudar. Quince años atrás, conoceremos a dos jóvenes muy particulares (futuros padres de los gemelos). Por un lado tenemos a Agnes, una joven muy particular y se sale de las normas establecidas en la época, que vive en una granja con su hermano mayor, la segunda esposa de su padre y los hijos de esta segunda relación. Por otro lado, tenemos a un jovencísimo preceptor de latín, que se desplaza a la granja para dar clases a los hermanastros de Agnes y un día el destino hace que se conozcan y que entre ellos surja un amor que la madrastra de Agnes no ve con buenos ojos, pero ya se encargarán ellos de solucionar es "problema".
Maggie O'Farrell
Fotografía de www.speakeasy-news.com
Sinceramente no te da la sensación de estar leyendo sobre Shakespeare (juraría que el nombre no aparece en toda la narración). El personaje con más peso tiene en esta narración es Agnes, es a quien llegamos a conocer más a fondo, una mujer que despierta el recelo de muchos de sus vecinos, pero a quien sin embargo acuden como si fuera una "curandera" para solucionar problemas de todo tipo. Agnes, además, parece tener una habilidad muy especial....
... se quitaba el guante y te sujetaba la mano un momento, apretando la carne entre el pulgar y el índice, ese punto en el que radica toda la fuerza, y te contaba lo que percibía. Según algunos, daba una sensación como de mareo, de vaciarse, como si a uno le quitaran las fuerzas; según otros, era vigorizante y estimulante como un chaparrón. Mientras, el halcón daba vueltas en el cielo con las plumas extendidas y gañía como dando un aviso.A través de ella sentiremos el amor por sus hijos, la soledad por la ausencia de un marido que empieza a triunfar en Londres y que cada vez aparece menos por su hogar y también cómo cada uno de ellos sentirá la ausencia prematura de su único hijo varón, el vacío e impotencia de ese hecho y la manera en que cada uno intentará sobrellevar su pena.
La verdad es que la autora ha conseguido trasladarme a la época perfectamente, tanto el entorno en el que se mueven los personajes, como las costumbres de la época, están maravillosamente retratadas y yo, además, he vuelto a disfrutar mucho de su prosa. El final me ha parecido redentor y muy bonito y una vez más vuela a recomendar a esta autora.