
De entre lo negativo, tengo que hablar de la también psiquiatra Alana Bloom, un personaje que me gustó en la primera temporada por su belleza serena, su elegancia y su gran empatía con Abigail Hobbs, la joven a la vez víctima y cómplice de los crímenes de su padre. Me parecía una mujer inteligente y sofisticada también. Bien, pues, esta temporada, Alana ha quedado como una auténtica tonta en el peor de los sentidos. Sabemos que los psicópatas como Hannibal pueden resultar muy seductores por su gran carisma superficial y su gran capacidad para manipular a los demás, pero es que esta pobre incauta cayó de lleno en todas y cada una de sus trampas. Creyó a pies juntillas que Will era un asesino, el imitador del padre de Abigail. Luego, terminó incluso en la cama de Hannibal, en una relación que se prolongó durante bastante tiempo, y durante la cual ella le defendió de todas las acusaciones cuando Jack cerraba el cerco en torno a él. Sinceramente, este retrato hace que Alana pase de ser una mujer moderna e inteligente a una simple bobalicona cegada por amor. Mucho tendría que aprender de la espabilada Freddie Lounds, la reportera que no deja ni títere con cabeza. Me parece una representación que no dice demasiado a favor de la figura femenina, es el clásico retrato de la "mujer loca por amor", nada actual ni consecuente con los tiempos que corren. El destino de Alana, que al final terminó descubriendo la horrible verdad sobre su amante, queda pendiente junto al de Will y Jack.Y en otro orden de cosas, si bien los efectos visuales son hermosos e inquietantes, debo seguir quejándome de que se exceden en lo que atañe a los casos y asesinatos. Esas producen impacto, sin duda, pero son pasadas de rosaca y excesivas desde un punto de vista práctico. ¿En serio podría un asesino, por muy psicópata y ritualista que sea, hacer esos complicados montajes con sus víctimas sin que nadie notara nada? Un hombre árbol, un hombre colmena rodeado de abejas, un mosaico con personas de diferentes tonalidades de pie, la agente del FBI despedazada verticalmente y puesta en vitrinas... ¿en serio me quieres decir que, con las horas de trabajo que eso debe llevar, nadie ve ni oye nada de nada? Si, es ficción, lo sé, pero es que más que desagradable ya traspasa la línea de lo absolutamente increíble. Vamos, que me impresiona a primera vista, pero no me lo creo. Quizá deberían hacer algo con respecto a eso.






En definitiva, creo que hemos tenido una temporada estupenda, en la que no solo hemos disfrutado de la eterna elegancia de Hannibal (diez a Mads Mikkelsen por su magnífica interpretación) sino que también ha habido una maravillosa evolución de uno de los personajes principales, Will, que ha pasado de frágil y enfermizo a mucho más poderoso y fuerte. Se han cerrado algunas tramas que quedaban pendientes, como la de Miriam, y se han planteado otras muy intensas y de mucho interés, como la de Mason y Margot. Creo que la serie goza de muy buena salud, no parece estar arrasando del todo, pero convence a la crítica y tiene muy buenas audiencias. Es sin duda una apuesta arriesgada de la NBC, que, si tenéis estómago para ello, y necesitáis una pequeña ración de gore de cuando en cuando, yo os la recomiendo. La tercera temporada como digo ha sido confirmada, así que al menos podremos disfrutar de la serie durante un año más. Y aquí me despido por hoy. Disculpad si esto ha estado un poco abandonado ultimámente, ando de estudios y tengo pronto los exámenes, así que hasta que termine la próxima semana, de momento, no esperéis mucho movimiento por aquí. Antes del finde semana, o quizá durante el mismo, habrá un puesto más de nuestro ranking de médicos, y ya cuando termine los exámenes volveremos con fuerza y nuevas y diferentes entradas en el blog. Así que, tened un poco de paciencia y ya os contaré cómo me ha ido, además de muchas más cosas que espero que os gusten y resulten interesantes. De modo que nos vemos muy pronto. ¡¡Saludos a todos!!