Mentira. Mentira cochina. No se parece ni remotamente a las historias de Sherlock Holmes. No le hagan puñetero caso a la dichosa portada, aunque al parecer Okamoto Kidó sí fue educado en el conocimiento del inglés, y por tanto probablemente de la obra de Conan Doyle.
La obra está compuesta por una serie de relatos cortos ambientados en la Época Edo, en la que todavía los samurais llevaban katana y servían a su señor; y en la que no había extranjeros en Japón. Como obra constumbrista sí tiene un gran valor, pues describe con bastante detalle muchos de los elementos del Japón tradicional: las referencias a lo sobrenatural que contienen muchos relatos, la organización vecinal, y sobre todo el valor del honor del Señor, y del necesario suicidio cuando éste se vulnera, aunque sea por robar un halcón.
No son por tanto relatos realmente de misterio, y las averiguraciones del paciente Hansichi no son demasiado profundas ni movidas, así que si buscan en él una especie de serie negra en Japón no lo lean porque les defraudará. Sin embargo, leído como libro de relatos para quienes gusten y quieran conocer conocer un poco más de la cultura japonesa de la Época Edo, es totalmente recomendable.