Mi amiga Akiyo es japonesa y reside en San Francisco, en alguna ocasión os he hablado de ella, así que cuando yo la pregunté por aquella marca que yo apenas conocía, ella me contó que en Japón es una de las firmas más utilizadas.
Ahora, que mi interés por la cosmética es mucho mayor que entonces, he redescubierto la "marca de Akiyo".
Este año Shiseido celebra su 140 cumpleaños, 140 años mejorando la calidad de nuestra piel a través del equilibrio entre cuerpo y mente, algo que a mí me parece fundamental, ya que la única forma de estar bien por fuera, es estar bien en nuestro interior, aunque suene a tópico el mejor cosmético es la paz interior.
Para celebrar su aniversario Shisedo nos enseño lo que era el Omotenashi, es decir el arte de recibir; para lo cual nos invitó a un grupo de bloggers a una de las ceremonias más bonitas de la cultura japonesa, la ceremonia del té, una ceremonia donde, al igual que en Shiseido, cada gesto tiene un significado.
Shiseido es una de mis firmas de cabecera, su desmaquillante bifásico nunca falta en mi tocador, porque además de ser una firma pionera en investigación cosmética, tiene detrás un gran equipo.
No sé si a vosotras os pasará también, pero cuando he tenido la oportunidad de conocer a las personas que están detrás de una firma, este hecho ha contribuído a "mirar la marca con otros ojos", en el caso de Shiseido, el equipo que está detrás de la marca, Rosalía, Ana, Belén, Rosa y Mónica entre otras personas, no pueden ser más majas, así que si antes me gustaba Shiseido, desde que las conocí me gusta todavía más. Porque para vender productos hace falta algo más que tener buenos productos.
Yo le deseo a Shiseido un muy feliz 140 cumpleaños, y que al menos esté otros 140 años cuidando nuestra piel
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