La crisis de los 30
El paso del tiempo es algo que a los humanos nos obsesiona demasiado y por eso hay un miedo generalizado a envejecer y a llegar a ciertas edades. Ahí lo demuestran las conocidas crisis de los 30, 40, o 50, períodos en los que, además de preocuparnos del tiempo que pasa tan deprisa, nos sometemos normalmente a una cantidad de preguntas a las que no sabemos darle una respuesta y nos damos cuenta de que hay que intentar aprovechar las oportunidades que se nos ponen por delante. Mismamente, en la película Happythankyoumoreplease (2010), estrenada hace unas tres semanas en nuestras salas y ópera prima de Josh Radnor, protagonista de la famosa serie Como conocí a vuestra madre (2005), se muestra la vida de unos personajes que están a punto de cumplir los 30, exponiendo algunas de las preocupaciones típicas que puedan tener: el trabajo, las relaciones de pareja y el futuro que les depara. El problema de todo esto es que esta película tiene tantos clichés que da risa y en la primera media hora uno ya se ha cansado de la historia. Encima, de lo que ha escrito y dirigido el propio Radnor casi nada es creíble, con diálogos muy vacíos de contenido y unas situaciones que se han visto tantas veces que resultan insustanciales al no haber sabido aportar nada nuevo ni contarlo de otra manera.
La historia comienza con la presentación de Sam Wexler (Josh Radnor), un joven que quiere ser escritor y que va a llegar tarde a una entrevista importante que tiene con una editorial de Nueva York. Para más inri, en el metro se fija en un niño que se queda solo al no poder bajarse del vagón y decide ayudarlo para encontrar a su madre, aunque después sabrá que está en cuidado adoptivo. A partir de aquí, sorpresas de la vida, veremos la relación de Sam con el crío, que hasta se lo lleva a la reunión y por culpa de ello es un fracaso total. Más adelante conocerá a una chica que trabaja de camarera en un bar, llamada Mississippi (Kate Mara), y de la que ya se había fijado por la calle, y con la que intentará comenzar una relación. También conoceremos a una pareja, Mary (Zoe Kazan) y Charlie (Pablo Schreiber), que no pasan por un buen momento ya que él está bastante distanciado de ella y además le gustaría irse a vivir a Los Ángeles por cuestión de trabajo, algo que a ella no le hace ni pizca de gracia, y a una gran amiga de Sam, Annie (Malin Akerman), que padece alopecia y que se queja de la mala suerte que tiene al encontrar a hombres que no tienen ni un dedo de frente. Un compañero de trabajo, Sam (Tony Hale, llamado en la peli Sam 2), está colado por ella y siempre la va a visitar a su departamento y le hace fotos.
Después de este largo resumen poco más se puede decir de la película, pero centrémonos con la idea de poner al protagonista al cuidado de un niño que se ha quedado solo. Ya no voy a decir que es algo típico, porque es obvio que lo es, si no que son totalmente descaradas las intenciones que tiene Radnor de intentar caer bien al espectador jugando con la poca madurez de su personaje, enfrentándose al hecho de que está al cuidado de un crío que no es suyo y que está violando la ley, y el coleguismo que se va formando entre ellos surgido ya en la escena en la que forman un equipo para conocer a la camarera: al salir del bar, Sam, sin mirar al crío, solo tiene que poner la palma para que le choque la mano (¡guau!, qué gran momento). Esta misma escena define completamente la simpleza de la película y lo bien que se cree el señor Radnor de que está haciendo una película independiente simpática y llena de contenido (nada cierto). Bueno, y los personajes de Mary y Charlie son tan sosos como sus discusiones.
Pero entonces, llegado a este punto, ¿hay algo que valga la pena en la película? Pues sí, la presencia de Kate Mara es de agradecer, y el único personaje que va consiguiendo algo de más interés ya avanzada la trama es el de la amiga Annie, bien interpretado por Malin Akerman. Y me olvidaba de la dirección, más o menos pasable pero eso es lo máximo que se puede decir con un guión tan flojo. Más vale que Radnor se deje de tonterías y se concentre únicamente en la serie Como conocí a vuestra madre, porque si no al final le cogerá gusto al asunto y, sin venir a cuento, aún se va a creer un nuevo Woody Allen (por favor, que eso no ocurra).
"Una película para olvidar, dirigida a treintañeros que andan un tanto perdidos por la vida, llena de clichés y con una intención muy descarada de obtener toda la simpatía del espectador"
critica Happythankyoumoreplease (happythankyoumoreplease)