Revista Música
Qué gusto da volver a oir a estos pioneros del acid y su pasión por el Roland TB-303 y más ahora, después de un tiempo y con un nuevo trabajo de 2010.
Formado por Oliver Bondzio y Ramon Zenker, dos alemanes adictos a este artefacto, nos hacen bailar de forma compulsiva, queramos o no. Un trance ácido con el sonido de Colonia que, a día de hoy, parece sonar aún mejor que en sus buenos tiempos.
Este álbum está a la altura. No sé si quizá un poco más "comercial" pero si que está repleto de ritmos pulsantes que nos hacen vibrar. Un buen momento para redescubrirlos si se te pasó o si en su día no iabn en tu onda.
lo quiero