Para Abby nunca ha habido nadie más que Dakota, un motero con el que sueña despierta desde que iban al parvulario, pero ahora sabe que sus sueños nunca se harán realidad porque él no está enamorado de ella, sino de Tess, su hermana mayor. Prendada de un hombre que el destino ha querido convertir en su cuñado, sintiéndose traicionada por su propia hermana y dolida con su familia que parece haberse puesto de su parte, Abby se precipita al vacío de la depresión, un abismo del que, haga lo haga, no consigue salir. Cuando aquella mañana, sin saber cómo, amanece en la cama de Evel, el mejor amigo de Dakota, Abby comprende que ya no puede caer más bajo. Ha tocado fondo y aquello es el fin. Pero todo fin lleva implícito otro principio. Este nuevo comienzo la introducirá en el fascinante mundo de los amantes de las motos y el tuneo, donde descubrirá su auténtico talento, y allí, entre piezas de recambio y aceite para motores, tendrá la ocasión de conocer al verdadero Evel, un hombre afectuoso e intuitivo cuya generosidad marcará la vida de Abby de forma definitiva. Un hombre tan cautivador como precavido a la hora de entregar su corazón a una mujer con quien Abby descubrirá, en circunstancias difíciles, que tiene más cosas en común aparte de la pasión por el arte, las motos y el chocolate...
Me ha cautivado por completo, debo de decir que he tardado en leerla para no terminar esta historia que te va conquistando poco a poco. Patricia ha dado voz a dos personajes que me han gustado mucho más que Tess y Dakota- La evolución en Evel y Abby que desde el primer capitulo hasta el último somos participes los lectores me ha enganchado mucho, cuando pensaba que nada me podría sorprender llega Patricia e introducía un personaje nuevo u otra subtrama que aportaba más dinamismo y más fuerza a la historia. Son dos personajes que aparentemente no tienen nada en común pero conforme vas a avanzando y pasando las páginas te darás cuenta de que se parecen mucho más de lo que pensabas. No me quiero olvidar de los secundarios de lujo que aparecen y dan mucho juego como es el caso de un irlandés algo loco pero con una chispa que me ha gustado, Andy, de la cual me gustaría que tuviese un libro para ella sola al igual que la mejor amiga de Abby entre otros muchos que dan mucho juego a Harley R. El mundo de las motos me ha encantado y sobre todo que trasladase la acción a Barcelona, a un encuentro que tal y como lo describía Patricia me daba la sensación de estar también allí. Necesitaba un libro así tras los últimos batacazos que me he metido con algunas lecturas con las que tenía muchas expectativas, y para ir con los ojos cerrados, sin saber nada no leí ni la sinopsis, simplemente me deje llevar y ha sido fantástico de verdad. Creo que Patricia con Harley R, estaba en su salsa, los diálogos, las miradas...todo esta totalmente justificado y aunque Abby al principio de la lectura me pareció un tanto cría y no congeniaba con ella, cuando va progresando y va abriéndose y no viendo todo gris, me ha encantado como personaje, y quien pudiese estar en su piel y no tener un Evel en su vida.
-Agradecimientos a la autora por el ejemplar.